27.04.2024 |
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Cs, plantea qaue el parque de las secuoyas sea gestionado por Cantur

Diego Marañón defiende en el Parlamento que la gestión del área natural sea compartida entre la empresa pública y el Ayuntamiento de Cabezón para mejorar su estado y servicios

Entrada al monumento natural. / A. del Saja
Entrada al monumento natural. / A. del Saja
Cs, plantea qaue el parque de las secuoyas sea gestionado por Cantur

Ciudadanos (Cs) Cantabria se ha  mostrado partidario de que el bosquecillo de secuoyas de Cabezón de la Sal sea gestionado por la empresa pública Cantur, dependiente de la Consejería de Innovación, Industria, Turismo y Comercio, que preside Francisco Javier López Marcano. A través de una Proposición No de Ley (PNL) debatida ayer en el Parlamento y que busca «proteger y promocionar» este espacio natural «para que perdure en el tiempo», según defendió el diputado Diego Marañón.

«Si el Ayuntamiento de Cabezón de la Sal no tiene capacidad de gestionar esta instalación debido a su crecimiento como atractivo turístico», ha sostenido Marañón, «proponemos que, en colaboración con el Consistorio, Cantur asuma esta tarea dotando al parque de secuoyas de los servicios de información, mantenimiento, conservación y vigilancia que tanto se necesitan». Para el diputado, este paraje natural «no es como esas otras instalaciones turísticas que tenemos en Cantabria» y que «llevan adosada una mochila tremenda» por la «inversión económica» que supuso su puesta en marcha.

Propuesta rechazada. «Mírenlo como quieran», ha señalado Diego Marañón en la Comisión de Industria, Turismo, Innovación, Transporte y Comercio sobre una propuesta que ha sido rechazada, «nos han regalado un paisaje que genera atracción y es muy visitado». Un motivo por el que el Grupo Parlamentario ha puesto sobre la mesa «una solución viable y asumible» por parte de Gobierno de Cantabria que «supondría un nuevo impulso» al ‘Monumento natural de las sequoias del Monte Cabezón’.

Para el diputado, que ha señalado que Cs registró esta iniciativa el 17 de agosto de 2020, no hay tiempo que perder para actuar en la zona porque «está siendo muy visitada, no se encuentra en buen estado de conservación, no hay control de las visitas, hay un problema de seguridad vial y, sobre todo, se está produciendo un deterioro importante en los árboles».

El bosquecillo no dispone de ningún tipo de personal  informativo, ni de seguridad. Por ello, en algunos árboles se vienen detectado daños ocasionados porque algunos turistas arrancan su corteza para llevársela de recuerdo y, también, porque el intenso trasiego de paseantes deja al descubierto sus raíces, que son pisadas y, consecuentemente, dañadas.

Tanto el Gobierno de Cantabria como el Ayuntamiento de Cabezón de la Sal habían manifestado su deseo de instalar paneles informativos para implantar medidas de educación ambiental y para sensibilizar a las personas sobre la importancia de los comportamientos cívicos, pero, hasta la fecha nada se ha hecho.

Este bosque de secuoyas, considerado uno de los más importantes de Europa, es la historia de un fracaso industrial, dado que en torno a los años 40-50 del siglo pasado, se plantaron 848 ejemplares traídos de California,  en una superficie de 2,46 hectáreas, en el monte con el fin de generar rápidamente madera para las industrias de la zona. Su ubicación está en el Monte de las Navas, en el límite con el término municipal de Udías.

Más de 30 metros de altura. Los ejemplares, que superan los 30 metros de altura, conforman un bosque muy denso, que hacen que el sol apenas llegue al suelo, con unas dimensiones infrecuentes en España. Las secuoyas pueden llegar a vivir mil años, por lo que este espacio, a poco que se cuide, tendrá una larga vida. Entre los 4 y 10 primeros años  crece 1,80 metros por año. Lo que mide una persona alta. Además, hay secuoyas en América que han alcanzado los 115 metros de altura. Es, posiblemente, el ser vivo más grande del planeta.

Las tres especies de árboles plantadas en Cabezón de la Sal cumplían las dos condiciones (velocidad y longevidad).

El Consorcio Monte Corona, constituido en 1942, fue el encargado de llevar a cabo las plantaciones de las secuoyas y, además, de eucaliptos y de pinos. También se plantaron de manera marginal el roble americano, el castaño japonés y el abeto Douglas. Para cuando las secuoyas crecieron, el contexto político había cambiado y la industria de madera nacional ya no necesitó su propia materia prima. Por eso hay 848 secuoyas en Cabezón de la Sal, intactas y protegidas. El espacio en el año 20003 fue declarado Monumento Natural.

Para llegar a este bosque debemos salir en coche desde Santander y coger la autovía A-67 hacía Torrelavega, para a continuación tomar la A-8 dirección Oviedo y luego coger la salida hacia Comillas. Siguiendo las indicaciones hacia Comillas, a un kilómetro de la salida encontramos el paraje y unos 5000 metros más adelante hay una zona de aparcamiento de vehículos.

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