Corría el año 1.963 cuando José Luis y su esposa Asunción abrieron una tienda en Caviedes, Casa Cofiño. Hoy, 60 años después, sus hijos José, Rubén, Maria Cruz y Anunciación  han logrado que el establecimiento sea una referencia  gastronómica en Valdáliga y en municipios próximos como San Vicente de la Barquera, Comillas o Cabezón de la Sal.

Seguro que se conoce más a Caviedes por este restaurante, que por sus bellezas y bien cuidado caserío. El establecimiento tiene todo el sabor de las tiendas de comestibles y bebidas de los pueblos.

Casa Cofiño es un lugar para el buen comer, con una cocina honesta, con buen producto y bien hecha.

Nada más adentrase en el local sorprende la gama de productos de calidad, en los que no faltan los cántabros. Y mirando la bodega y las estanterías llama poderosamente la atención la variedad de vinos y licores. Especialmente de whiskys  con unas cuarenta referencias. Los tiene escoceses, japonense, irlandeses y americanos, con predominio de maltas. En ginebras no faltan las últimas marcas de referencia.

En cuanto a los vinos, cuenta con una pequeña vinoteca visitable. Más de 300 referencias, principalmente de España; pero también el cliente encontrará de Francia, Sudáfrica, Chile y Argentina. Y lo mejor, la relación precio\ calidad. Es realmente atractiva la carta por no cargarlos el precio como, lamentablemente, hacen otros muchos restaurantes.  A la hora de escoger el vino siempre es interesante dejarse asesorar por Rubén, que seguro, acierta con sus sugerencias.

Vamos a la carta culinaria. Los que quieran arrancar con  quesos de Cantabria tienen para escoger desde uno de oveja de cabuérniga, al de Cóbreces de vaca, o quesucos de Liébana de cabra, oveja, vaca o mezcla; y el de –estando en el municipio de Valdáliga, La Ganceduca de Roiz, mezcla de oveja y cabra.Y, por supuesto, distintas variedades de la granja cercana de Cudaña. No le faltan los picones y otros de oveja de Zamora y La Mancha.

Precisamente, por su amplia oferta de quesos, ha recibido una distinción de la Cofradía del Queso de Cantabria.

Para otro tipo de picoteo se puede uno decantar por las croquetas, las anchoas del cantábrico, el paté de hígado de oca, los espárragos, ventresca, picadillo de chorizo, morcilla y revueltos.

En platos de cuchara,  de los que son especialistas los rectores de Casa Cofiño,  están la sopa, el cocido y las alubias. Otra opción son las cazuelas de asadurilla, callos y albóndigas. Éstas de un tamaño gigante.

Cabrito, chuleta, solomillo al queso y la carne estofada son muy demandadas. En pescado no falta el bacalao con tomate o encebollado, bonito y bocartes, lógicamente, en temporada.

El arroz con leche, el flan, tartas variadas y la crema de queso, para cerrar  dulcemente la comida.

Su oferta gastronómica se ve mejorada por el trato amable y familiar de sus propietarios, lo que hace que nadie se sienta extraño.

Como decimos, Casa Cofiño, todo un referente gastronómico, que se ha hecho merecer el premio de la Academia Cántabra de Gastronomía. Con frecuencia los medios de comunicación se hacen eco de este establecimiento.