En una declaración contundente, el presidente ruso, Vladímir Putin, rechazó vehementemente la noción de que Rusia tenga la intención de atacar o entrar en conflicto con la OTAN, incluso en medio de la persistente guerra en Ucrania. Estas afirmaciones las hizo durante su primera gran rueda de prensa desde el inicio del conflicto, desestimando las preocupaciones expresadas por el presidente estadounidense Joe Biden en relación con un posible avance ruso en Ucrania.

Desde el programa televisivo "Moscú. Kremlin. Putin", el líder ruso calificó las declaraciones de Biden como "una soberana tontería" y argumentó que eran simplemente una figura retórica para justificar la "errática política" de Estados Unidos hacia Rusia. Putin enfatizó que Rusia no tiene disputas territoriales con la OTAN y carece de cualquier deseo de deteriorar las relaciones con dicha organización.

A pesar de las afirmaciones frecuentes del Kremlin sobre la presunta implicación de la OTAN en Ucrania debido al suministro de armamento occidental a Kiev, Putin subrayó: "No tenemos ningún motivo, ningún interés, ya sea geopolítico, económico, político o militar, en combatir con los países de la OTAN, incluyendo a Estados Unidos, que considera como el único dueño de la OTAN".

En un tono cauteloso, Putin advirtió sobre posibles problemas con Finlandia, el nuevo miembro de la OTAN, lamentando que este país haya sido arrastrado a la alianza. El presidente ruso anunció planes para reforzar el flanco noroccidental, especialmente en la región alrededor de San Petersburgo, en respuesta al ingreso finlandés en la Alianza Atlántica, un movimiento que algunos expertos consideran como uno de los errores de cálculo más significativos de Putin.

Reflejando sobre el pasado, Putin reconoció haber sido ingenuo en los primeros años de su mandato al pensar que los antiguos enemigos de la URSS comprenderían la nueva realidad de Rusia. Acusó a Occidente de buscar la desintegración de la Federación Rusa, afirmando que una Rusia dividida carecería de peso y voz en la arena internacional.

En este contexto, el líder ruso destacó el cambio "tectónico" en el equilibrio de poder global, proyectando la visión de que el mundo ya no está unipolar y que él aspira a liderar este nuevo orden. En definitiva, Putin dejó claro que, según su perspectiva, el mundo está evolucionando, y Occidente ya no ostenta el único poder hegemónico después de 500 años.