Santander, 25 nov (EFE).- El acusado de provocar, en julio de 2020, un accidente en la rotonda de Corbán en el que murieron dos jóvenes ha pedido "perdón a las familias de las víctimas y a todas las personas a las que haya podido hacer daño".

Al ejercer su derecho a la última palabra, el acusado, además de pedir perdón, ha afirmado que: "hubiera dado todo por que me hubiese pasado a mi y a nadie más".

Así se ha cerrado este jueves el juicio que se ha venido celebrando durante los últimos tres días, en el que tanto la Fiscalía como las acusaciones particulares han mantenido su petición de seis años de cárcel para el acusado por un delito contra la seguridad vial por conducción temeraria, en concurso con dos delitos contra la seguridad vial por conducir bajo los efectos del alcohol y por conducir a velocidad superior en 60 kilómetros por hora en vía urbana; además de nueve años de privación del derecho a conducir.

Por su parte, la defensa, que inicialmente pedía la absolución de su representado, ha considerado que el acusado cometió un delito de homicidio por imprudencia por el que se le debe imponer un año de cárcel por cada una de las dos víctimas.

El fiscal ha considerado que se ha producido una "doble muerte por imprudencia grave", dada la "notoria gravedad del riesgo creado", teniendo en cuenta la fecha, la hora y el lugar en que se produjo el accidente, al tratarse de "las 8 de la tarde, de un día de julio, en una carretera de bastante movimiento por ser zona de acceso a las playas".

Además de ser una zona escolar, que "sigue siéndolo incluso en julio, porque el colegio puede estar abierto a otras actividades" no lectivas.

También ha hecho hincapié en la "situación de indefensión" en la que se encontraban las jóvenes al circular por la rotonda, ya que "podía hacer muy poco" para evitar el golpe, incluso si hubieran tenido capacidad de reaccionar.

Asimismo, el fiscal considera probado que el acusado circulaba a "velocidad excesiva", ya que su vehículo colisionó con el de las jóvenes a 79 km/h, después de dejar una frenada de 32 metros. "Si más de 30 metros no dan para frenar, le velocidad tenía que ser muy excesiva y más cuando el coche llevaba frenos deportivos", ha enfatizado.

En cuanto a conducción bajo los efectos del alcohol, el fiscal ha señalado que si dio una tasa de 0,53 tras el accidente, esta "no deriva solo de un par de blancos o del vino de la comida" y ha añadido que los policía locales que realizaron el atestado han declarado que "presentaba síntomas claros de ingesta de alcohol".

Los letrados de las acusaciones particulares se han sumado a lo expuesto por el fiscal, considerando que las pruebas han acreditado los hechos que se imputan al acusado y que, por su conducción deliberadamente agresiva y temeraria, hizo todo lo que tenía que hacer para que pasara lo que pasó".

DEFENSA DENUNCIA PERSECUCIÓN EN REDES

El abogado de la defensa ha comenzado su alegato denunciando la "persecución en las redes sociales" a la que se ha sometido al acusado desde que se produjo el accidente. A la que se suma los insultos, pintadas y llamadas al timbre de su casa "llamándole asesino".

"Aquí hay tres familias que están hundidas por este asunto", ha subrayado el letrado y ha añadido que tanto el acusado como su madre están en tratamiento psicológico desde el accidente.

También ha cuestionado el testimonio de los testigos que han declarado que el acusado circulaba a una velocidad "desorbitada", o que derrapó antes de la colisión. A juicio de la defensa, "hablan de sensaciones y por sensaciones no se puede condenar a nadie" y ha apuntado que ninguno de los testigos ha mencionado la frenada, que se ha acreditado y que, además, refleja que no hubo derrapada.

Asimismo, ha cuestionado las declaraciones de los policías locales, en las que han vertido "opiniones" que luego han sido rebatidas por los peritos de la Guardia Civil, como que los neumáticos estuvieran degradados como consecuencia de una conducción agresiva, cuando según los expertos del equipo de reconstrucción de accidentes de la Guardia Civil, los neumáticos estaban en buenas condiciones.

Al respecto, también ha señalado que el acusado carece de accidentes penales y no tiene "ni una sola multa de tráfico", lo que su opinión contrasta con la conducción agresiva que se le presume. Además, ha afirmado que el joven es una persona querida y no ha sido expulsada de su trabajo a pesar de su descrédito y de que "algún alma caritativa" envió una carta a la empresa pidiendo su despido. EFE

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