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Pilar Cernuda
09:13
21/06/23

Génova tiene un problema

El futuro 'president' de la Generalitat y presidente del PPCV, Carlos Mazón (2i), y el expresidente del Gobierno José María Aznar (2d), durante la presentación del libro 'Valencia Samper, la tragedia de un liberal en la Segunda República', en el Ateneo Mercantil, a 20 de junio de 2023, en Valencia, Comunidad Valenciana (España). El libro narra la trayectoria política de quien fue presidente del Gobierno en la Segunda República con el Partido Republicano Radical.
Rober Solsona / Europa Press
20/6/2023
Génova tiene un problema

La satisfacción ante el acuerdo alcanzado por Carlos Mazón en Valencia con Vox, que permitía arrebatar al Psoe su gobierno regional más importante, se ha convertido en el problema más serio al que se enfrenta actualmente Feijóo.  

Las prisas son mal enemigo, y Mazón no solo dio a Vox más de lo que correspondía en función del resultado obtenido,  sino que el texto del acuerdo contenía aspectos que el propio Feijóo consideraba inaceptables, como la falta de reconocimiento de la violencia machista. Las consecuencias del pacto no han sido las esperadas: Voz se creció ante las dádivas de Mazon y  al negociar en otras regiones exigía el mismo trato que había tenido en Valencia.

Reaccionó Feijóo, pero tendría que haber parado a Mazón antes de que llegara a un acuerdo con Vox, o al menos marcarle límites. O  indicarle que no  hiciera público el texto del acuerdo y los nombres y consejerías  que ocuparían miembros de Vox antes de que los avalara la dirección nacional. Hoy,  es un clamor que parte de los votantes del PP se sienten frustrados y decepcionados. Vox pretende ahora cuotas gubernamentalesen regiones en los que ni siquiera hace falta su apoyo explícito al candidato  del PP, sino que basta con la abstención.  

El primero en plantarse ha el murciano sido López Miras, que ha advertido a Vox que si exigen entrar en el gobierno se atengan a las consecuencias,  porque no lo acepta y se convocarían nuevas elecciones. Y a ver qué ocurre. Marga Prohens en Baleares ha lanzado un mensaje casi idéntico: solo estaba dispuesta a conceder la presidencia regional a Vox. Punto. Vox ha aceptado. En Extremadura, María Guardiola ha dicho los mismo, Vox no ha aceptado y la Asamblea estará presidida por una parlamentaria socialista. Guardiola se la juega, no piensa gobernar con Vox, se repiten las elecciones si es necesario. ¿Aceptarán los seguidores de Vox que, por ambición de poder de Abascaly su equipo, los gobiernos de Aragón, Extremadura y Murcia,  que podrían ser del PP,  pasen a manos del Psoe y Podemos?

Mientras, continúan las negociaciones del PP con partidos regionales, como ocurre en Aragón, para buscar compañeros de gobierno más afines a su ideario que  el de Vox,  que además está presentando su cara más intolerante al comprobar que en Valencia se le han abierto las puertas.

Como se le abrieron en Castilla y León hace un año, cuando Feijóo acababa de aterrizar en Génova pero todavía no había sido elegido presidente del PP.  Hoy, aunque Feijóo dio manos libres a sus dirigentes  regionales,  cuenta ya con la autoridad necesaria para intervenir si  alguno de esos dirigentes traspasa las líneas de la prudencia,

Los errores hay que atajarlos antes de que sean irreversibles. Y el pacto de Valencia, tal como se ha planteado muestra hoy la debilidad de sus costuras. ¿Puede rectificar Mazón? Es lo que espera Génova.

Génova tiene un problema
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