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Fermín Bocos
05:08
19/09/23

La amnistía divide y tensa la vida política

Junqueras.
Junqueras.
La amnistía divide y tensa la vida política

Aprobar una ley de amnistía contra la que media España está en contra y la otra mitad que calla y otorga apenas se atreve a dar opinión sería cruzar una línea de difícil retorno político. Sería tanto como atravesar un Rubicón simbólico de la democracia.

Pero ya no caben dudas de que en ello está Pedro Sánchez. Dispuesto a amnistiar a los golpistas del intento sedicioso del "procés" que tienen en sus manos los siete votos de los parlamentarios de Junts que le aseguran que podrá permanecer una legislatura más en La Moncloa.

Sánchez, hablando por boca de Yolanda Díaz, vicepresidenta en funciones y correo del zar, que fue a Waterloo a entrevistarse con el prófugo Carles Puigdemont, habla de una "ley orgánica de amnistía". Con todas las letras. Dando por hecho que saldrá adelante sin otros apoyos que los del PSOE, Sumar y los grupos nacionalistas minoritarios. Poco más de la mitad de la Cámara. España dividida por la mitad en un asunto de una trascendencia política extraordinaria.

De salir adelante -y Sánchez está decidido a que así sea- vendría a romper con la filosofía del consenso en la cuestiones importantes que es la que permitió llevar a buen puerto la nave de la Transición en una hora de España muy difícil. Ajeno a las opiniones de personalidades destacadas del Partido Socialista -caso de Felipe González, Alfonso Guerra y varios ex ministros- que señalan que la amnistía no tiene cabida en nuestra Constitución, Sánchez sigue adelante con un proyecto que apareja tensión y división a partes iguales.

La ambición de un personaje dispuesto a todo para mantenerse en el poder no oculta que una medida de este calado tiene un efecto inercial que conduce más allá. Es una impugnación del legado de la Transición. Pablo Iglesias, el demagogo que aunó los apoyos que en su día le facilitaron a Pedro Sánchez el triunfo en la moción de censura contra Mariano Rajoy -fue el origen de su poder-, aunque alejado del Gobierno sigue activo en las catacumbas de las redes y estos días escribe su satisfacción por la que da por segura ley de amnistía a la que considera un paso importante para un objetivo que nunca ha dejado de proclamar: la demolición del "régimen del 78".

La alianza de hierro entre Pedro Sánchez (el PSOE es una dócil instrumento en sus manos) y los partidos nacionalistas que reniegan de España anuncia días de incertidumbre y tensión política por encima de lo deseable en un país como el nuestro que parecía tener despejado su futuro.

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