A veces la literatura, la poesía y la sutileza entorpecen el fin. A veces las palabras sencillas y sin tapujos son una opción segura. Y sino que se lo pregunten a los miles de usuarios que a través de aplicaciones de citas, más o menos sutiles, buscan solo sexo y se tienen que camelar al otro para que no se note tanto. Los conceptos de ‘ghosting’, (en inglés, ‘ghost’ fantasma) o ‘zombing’ (quienes vuelven a por más) uno se los puede ahorrar y pasar directamente a la acción. Por ello el pagar por sexo, oficio tan antiguo como el sol, debería estar dentro de las opciones sin ningún tipo de vergüenza.

El pagar por el placer es tan fácil como quien se compra esa chupa de cuero negro, o esa hamburguesa doble, solo está a golpe de un click, como en bingo porno,  sabes perfectamente que pagar por ello está más que justificado. Y es una realidad que no disminuye sino que aumenta. Las trabajadoras sexuales no paran de trabajar ya que la demanda sigue presente, y en algunos casos hasta el perfil del cliente se ha rejuvenecido. Cada vez el tabú del sexo deja ser el placer culpable y solo es placer.

En el amplio abanico que ofrece internet uno se puede perder buceando en páginas y páginas sin llegar a tener las de confianza. Frente a esto, existen muchos videos xxx para todos los perfiles, desde quienes necesitan un rato en casa hasta quien necesita compañía como una escort de Cantabria, y no alguien del trabajo, que eso se sabe como termina. Resulta sorprendente que aunque se puede evitar, la estadística diga que un 39% de los varones ha pagado alguna por tener sexo. De hecho, España se ha convertido en destino de referencia del turismo sexual entre los países europeos y en el tercero a nivel mundial. 

Las razones podrían ser muchas, pero la honestidad es la clave: es más fácil e inmediato. Adiós a la copa de vino y al manual del ligón. Ambas personas saben lo que va a ocurrir y ambos bolsillos saldrán beneficiados. Por ello el sexo de pago llega donde las aplicaciones y sitios web de citas no llegan, o no llegan tan rápido como uno quiere. Ya que aunque muchas veces las aplicaciones de conocer gente implica un tiempo y unas dedicaciones que si uno quiere inmediatez no la va a conseguir. Y a veces la franqueza, aunque sea gratis, le deja a uno con las ganas. El éxito y el fracaso en estos sitios es relativo, en las webs de sexo de pago el éxito está más que asegurado.

Sin ataduras y sin sentimientos incómodos, únicamente con respeto y decoro. Lo único que existe es la conexión física, el placer y la sensualidad que existe entre dos personas sin ningún tipo de compromiso previo o posterior. No hay un manual para conseguir el objetivo deseado, sino un placer desenfrenado. Sin necesidad de tapujos y con la idea de disfrutar.

La mayoría de los consumidores de la prostitución confiesan que no solo es por el placer inmediato sino por la posibilidad de probar practicas que podrían resultar embarazosas o fuera de lo común, o simples fetiches muy ocultos. Los placeres y deseos de cada individuo son propios y personales, y pagar por sexo es una forma de poder llevarlos a cabo sin inseguridades. El negocio más antiguo del mundo sobrevive gracias a sus clientes, por razones variadas, desde la experimentación, un rato agradable sin compromiso o la incapacidad de encontrar pareja.

El sexo de pago se ha adaptado al mercado de los consumidores, y por ello muchas putas madrid se encuentran en la red. La búsqueda es tan amplía y segmentada a la vez que hace que la garantía de éxito esté 100% asegurada. En sitios web como milescorts encontrarás las acompañantes más exóticas y despampanantes que necesitas para esa ocasión especial. Es fácil, rápido y sin letra pequeña. El pago es seguro y la compañía más que merecida. Olvídate de líos personales y ve a lo seguro, a lo real.

Pero si uno no quiere un acompañante sino sexo en otras circunstancias, dentro de los distintos sitios web encontramos desde el porno más clásico y querido por los usuarios y principiantes, hasta las acompañantes más exóticas. Pero si aún así este momento tiene que ser privado, no olvides abrir el navegador en modo oculto, para que lo que pase se quede en un maravilloso recuerdo de aquella sensación liberadora, a la que podrás volver o retomar.

La oportunidad esta ahí y el pago es más que seguro, sin estafas y engaños, solo franqueza y cercanía. No pierdas esta oportunidad desenfrenada para dar rienda suelta a tus instintos más primarios y leales, sin ningún cargo de conciencia. Acepta el viaje y disfruta, y si quieres repetir. Vuelve.