Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, ha decidido suavizar su postura luego de las críticas recibidas por sus declaraciones sobre la amnistía propuesta por el PSOE y el Gobierno. Tras la tensión generada, García-Page afirmó estar de acuerdo con "el 90 % de lo que hace" su partido y el Gobierno, aunque discrepa "en alguna cosa". Evitó reafirmarse en sus anteriores declaraciones y destacó su interés en las políticas más que en los políticos.

El dirigente socialista expresó su coincidencia "y mucho" con la política social y económica del Gobierno, pero señaló claras discrepancias en el ámbito territorial y con los independentistas. Aseguró que su adversario no es ningún socialista, sino los independentistas, y resaltó su respeto por la diversidad de opiniones dentro del PSOE. García-Page reconoció que su posición es minoritaria en el partido pero destacó su carácter respetable, afirmando que expresar su opinión debería ser permitido.

En cuanto a las reacciones que pueda generar en Ferraz, García-Page indicó que no teme ninguna medida y afirmó entender la delicadeza del momento político a nivel nacional, caracterizado por un debate agrio. Aseguró que habla con claridad y defiende su derecho a expresar sus opiniones, destacando su acuerdo con la mayoría de las políticas del partido y del Gobierno, aunque con reservas en ciertos aspectos.