En un giro que refuerza las críticas previas, la agrupación Alternativa Vecinal Independiente (AVI) ha vuelto a cargar contra la gestión del alcalde socialista Ángel Rodríguez Uzquiza, tras la pérdida irrevocable de tres millones de euros destinados al Plan de Sostenibilidad Turística en Santillana del Mar. Este fondo, proveniente de recursos europeos, se ha esfumado por errores que la oposición califica de "negligentes".

Eva Guillermina Fernández, titular de la Consejería de Turismo, ha sido tajante en su descripción de la situación: “En Santillana todo se hizo mal”. La crisis se desató tras utilizar, sin los permisos pertinentes, proyectos de una empresa de ingeniería, lo que ha llevado a la violación de derechos de autor y a una subsiguiente inviabilidad del plan presentado. Esto se suma a la acusación de que el ayuntamiento manipuló la candidatura, a pesar de saber que las modificaciones eran inviables.

"La dejadez y la incompetencia han sido la tónica de una gestión desastrosa que ha dejado a Santillana del Mar sin tres millones de euros vitales para su desarrollo turístico", lamentó Agustín García, portavoz de AVI. Según él, mientras otras localidades como Castro Urdiales y Campoo de los Valles han visto avances significativos gracias a una correcta administración de fondos similares, Santillana del Mar enfrenta un retroceso por culpa de decisiones erradas y la falta de diligencia de su alcalde.

El alcalde Rodríguez Uzquiza, por su parte, ha mantenido una postura defensiva, asegurando anteriormente que no había motivos para preocuparse y que todas las gestiones estaban en regla. Sin embargo, los hechos han demostrado lo contrario, provocando un clima de descontento y críticas por parte de la ciudadanía y la oposición, quienes ahora ven cómo se evapora una oportunidad de oro por errores administrativos que podrían haberse evitado.

El impacto de esta gestión fallida no es solo financiero; afecta directamente a la credibilidad de la administración actual y, por ende, al bienestar de los ciudadanos de Santillana del Mar, quienes se verán privados de mejoras significativas en infraestructura turística y desarrollo local.

La situación actual pone en el punto de mira la responsabilidad de los gestores públicos y sus obligaciones para con la ciudadanía, resaltando la necesidad de una administración transparente, competente y que realmente defienda los intereses del pueblo. Con esta controversia aún en desarrollo, Santillana del Mar se encuentra en una encrucijada política y social que podría definir el futuro inmediato de su liderazgo municipal.