La decisión de Juan Carlos Campo de apartarse de la primera causa sobre la polémica ley de amnistía del PSOE genera un "enfado monumental" en el Pleno del Tribunal Constitucional. El presidente del Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, critica la decisión del ex ministro de Justicia socialista, alegando que no fue consultado y señalando una supuesta "falta de imparcialidad". Consciente de que el precedente afecta a su propia participación y a la de su colega Laura Díez, Conde-Pumpido reafirma su compromiso de deliberar impugnaciones en torno al borrado del procés.

Hasta la fecha, Conde-Pumpido se ha mantenido al margen de los asuntos del procés, aceptando recusaciones de líderes políticos independentistas. Sin embargo, el magistrado considera que la ley de amnistía es una "cuestión novedosa", desconectada de la razón que lo ha mantenido ajeno a recursos anteriores del separatismo catalán.

Reafirma su intención de "rehabilitarse" para abordar asuntos relacionados con la causa separatista, respaldándose en la reelaboración de la doctrina del Constitucional sobre abstenciones y recusaciones, que él mismo modificó al asumir el cargo.

En diciembre de 2021, el Pleno del TC desestimó 33 recusaciones presentadas por políticos independentistas del procés, incluido Carles Puigdemont, contra los magistrados conservadores Concepción Espejel y Enrique Arnaldo. En ese momento, la renovada Corte, presidida por Conde-Pumpido, salvaguardó su jurisdicción en causas derivadas de los hechos del referéndum ilegal del 1-O.

Argumentó que las abstenciones previas comprometerían el quorum del artículo 14 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, impidiendo la celebración del Pleno. Desde entonces, no se admiten "recusaciones abusivas" que alteren el equilibrio en la composición del TC, basadas en "falta de imparcialidad" por manifestaciones previas de los magistrados.

Conde-Pumpido, recusado en el pasado por su opinión sobre la ley del aborto, busca ahora intervenir en las cuestiones de constitucionalidad de la amnistía, rechazando sus propias recusaciones tras la renuncia de Juan Carlos Campo.

La historia recuerda la doble decisión insólita del Pleno en el caso de la ley del aborto, donde tanto la recusación del presidente del Constitucional como la abstención de la magistrada Concepción Espejel fueron impedidas. Ambos participaron en la deliberación del texto del aborto, confirmado por la mayoría de la izquierda judicial.