El Parlamento Europeo ha aprobado una resolución destinada a denunciar la supuesta injerencia rusa en Cataluña durante los años del proceso independentista, así como su influencia en el movimiento separatista catalán. La resolución también insta a España a continuar con las investigaciones en curso para esclarecer estos acontecimientos.

El texto fue respaldado mayoritariamente por las principales fuerzas políticas, incluido el Partido Socialista. Sin embargo, una de las enmiendas propuestas buscaba mencionar al eurodiputado Carles Puigdemont y a la Generalitat de Cataluña, lo cual generó cierta controversia. A pesar de la oposición del PSOE, la enmienda fue aprobada con el apoyo de la mayoría de los diputados europeos.

La votación fue ajustada, con 284 votos a favor, 204 en contra y 33 abstenciones. Entre los eurodiputados españoles, el resultado fue un empate de 26 votos a favor y 26 en contra, con siete abstenciones, incluida la de Puigdemont. Sin embargo, el texto en su conjunto recibió un amplio respaldo por parte de la Eurocámara, incluyendo a los socialistas españoles, con 433 votos a favor, 56 en contra y 18 abstenciones.

Los independentistas catalanes, Toni Comín, Clara Ponsatí y Jordi Solé, así como los diputados de Podemos y anticapitalistas, votaron en contra. La eurodiputada del PNV, Izaskun Bilbao, se abstuvo, mientras que Puigdemont optó por no participar en la votación.

La resolución del Parlamento Europeo expresa preocupación por las presuntas relaciones entre los separatistas catalanes y el gobierno ruso, señalando que la injerencia rusa no solo afecta a Cataluña y España, sino a toda Europa, ya que podría provocar la desunión del continente. Se afirma que el Kremlin organizó campañas masivas de desinformación para desestabilizar Cataluña durante el conflicto del proceso independentista.

Aunque inicialmente la resolución no mencionaba a Carles Puigdemont, finalmente se incluyó su nombre, lo que algunos consideraron como un punto importante debido a su exigencia de amnistía. La resolución tuvo lugar después de que la Comisión Europea, en un debate anterior, exigiera autocrítica a los eurodiputados y una investigación exhaustiva sobre la presunta influencia rusa en la política de la UE.