17.06.2024 |
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POLÍTICA

Revilla y su juego de poder: se aferra a su silla en el PRC

Cree que la legislatura nacional "no va a aguantar ni un año" y propone que el PRC se presente a las generales

Revilla en la Asamblea de Dirigentes del PRC. / A.E.
Revilla en la Asamblea de Dirigentes del PRC. / A.E.
Revilla y su juego de poder: se aferra a su silla en el PRC

El último discurso de Miguel Ángel Revilla en la Asamblea de Dirigentes del Partido Regionalista de Cantabria (PRC) ha generado una serie de preocupaciones sobre la democracia interna y el futuro del partido en la región. Revilla, una figura central en la política cántabra durante décadas, ha planteado declaraciones que ponen en duda su compromiso con la transparencia, la participación democrática y la sucesión dentro del partido.

En su discurso, Revilla ha solicitado "confianza" y "unidad" a los militantes del PRC en cuanto al relevo en la Secretaría General, afirmando que el congreso para este fin se llevará a cabo "cuando yo diga, cuando yo quiera, que lo tengo todo pensado". Esta afirmación, que refleja un claro deseo de control sobre el proceso de sucesión, plantea preguntas fundamentales sobre la verdadera naturaleza democrática del partido y si el liderazgo de Revilla está más orientado hacia un estilo autoritario que hacia un compromiso genuino con la participación de base.

La falta de claridad en cuanto al momento y el método para la sucesión dentro del PRC es especialmente preocupante dado el papel dominante que Revilla ha desempeñado en el partido durante décadas. Si bien es comprensible que un líder quiera asegurar una transición ordenada, la falta de transparencia y la centralización del proceso en manos de una sola figura plantean serias preocupaciones sobre la salud democrática del partido.

Además, Revilla ha rechazado la idea de primarias internas, describiéndolas como "un chiste", y ha abogado por un proceso en el que "cualquiera se pueda presentar" y "puedan votar todos", sin exigir títulos, años de militancia o pago de cuotas. A primera vista, esto podría interpretarse como un llamado a una mayor democratización del proceso de selección de liderazgo. Sin embargo, la realidad es que Revilla sigue manteniendo un control firme sobre el momento y el método de su sucesión, lo que socava cualquier intento real de apertura y participación democrática dentro del partido.

Es especialmente preocupante que Revilla insista en que no propondrá candidatos, dejando la responsabilidad de la elección del próximo líder en manos del partido o "los ciudadanos de Cantabria". Esta aparente renuncia a su rol de líder político en la nominación de su sucesor plantea interrogantes sobre su verdadero compromiso con la democracia interna y su deseo de mantener el control sobre el partido incluso después de su partida.

Además, Revilla ha expresado su intención de seguir ejerciendo influencia en el partido, incluso después de dejar la Secretaría General, lo que plantea interrogantes sobre la verdadera naturaleza de su retiro y si realmente permitirá un cambio de liderazgo genuino o simplemente seguirá siendo el verdadero poder detrás del trono.

En resumen, las palabras y acciones de Revilla durante la Asamblea de Dirigentes del PRC plantean serias dudas sobre su compromiso con la democracia interna y su disposición a ceder el poder dentro del partido. Si el PRC quiere mantener su credibilidad como un partido democrático y transparente, es fundamental que se abra a un proceso de selección de liderazgo más inclusivo y democrático, y que se aleje del control centralizado de una sola figura. La salud democrática del PRC y su futuro como partido en Cantabria dependen de ello.

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