Un total de 28.552 personas sin hogar fueron atendidas en centros asistenciales de alojamiento y restauración en 2022, un 24,5% más que en 2012, según los últimos datos registrados del Instituto Nacional de Estadística (INE). Por comunidades autónomas, y en el top de la tabla, por cada 100.000 habitantes, con las mayores tasas de indigencia se sitúan el País Vasco (315,9) y Navarra (214,7). Son datos que han de tomarse con suma importancia en estos momentos. Con las elecciones vascas acercándose rápidamente, EH Bildu se posiciona como un contendiente serio para desbancar al PNV del gobierno regional.

Sin embargo, las políticas implementadas en Pamplona por el alcalde de Bildu, Joseba Asirón, específicamente la oferta de billetes de autobús para las personas sin hogar, han suscitado preocupaciones sobre lo que podría esperar al País Vasco bajo su administración. Estas acciones, junto con promesas de vivienda y empleo a ex-presos de ETA y una agenda independentista, configuran un escenario controversial que podría anticipar las políticas de un gobierno liderado por Bildu. Paralelamente, Bildu ha hecho promesas de reintegración que incluyen vivienda y empleo para ex-presos de ETA, lo que ha levantado críticas sobre la equidad y prioridades del partido. Estas promesas contrastan notablemente con sus políticas hacia las personas sin hogar, exacerbando las acusaciones de que Bildu maneja con doble estándar las crisis sociales. Estas políticas en Pamplona son vistas por muchos como un presagio de lo que Bildu podría implementar a nivel regional si logran el gobierno. Con un historial de promover la independencia y ahora acusaciones de fomentar la indigencia, hay un creciente temor de que las políticas de Bildu no solo alteren el tejido social y económico del País Vasco, sino que también intensifiquen los problemas de marginalidad y desigualdad.

ANTECEDENTES. En el último trimestre del año 2023, la crisis de personas sin hogar en el País Vasco y Navarra alcanzó un punto crítico, impulsando al entonces gobierno de UPN a incrementar los esfuerzos y recursos destinados a mitigar esta problemática social. El 18 de diciembre, la administración anunció la habilitación de más camas y centros de acogida, un paso visto como vital ante el alarmante aumento de indigentes en estas comunidades autónomas en comparación con el resto de España. Sin embargo, apenas diez días después de esta medida, un giro político cambió el curso de las políticas sociales en la región. El 28 de diciembre, el gobierno de UPN fue destituido mediante una moción de censura liderada por Bildu y el PSOE, dejando el mando a Bildu. Ese mismo día, ETB, la televisión pública, anunció que, de manera «milagrosa», los problemas de indigencia en Pamplona se habían solventado gracias a la rápida acción del nuevo gobierno, asegurando que ya no había personas sin hogar durmiendo en las calles. El 5 de enero, el Ayuntamiento de Pamplona anunció a la prensa que las 120 personas que anteriormente dormían en las calles ahora tenían techo.

Sin embargo, la trágica noticia del hallazgo de una persona sin hogar muerta, publicada el 6 de enero en el Diario de Navarra, puso en duda esas afirmaciones y la efectividad de las medidas implementadas. Ante la presión y las preguntas de los periodistas sobre este trágico evento, el gobierno de Bildu respondió que, aunque sus medios son limitados, consideraban que estaban en el «camino correcto». Un camino que para la oposición no es tan correcto como predican, pues ese camino ha llevado a tomar una medida que lejos de haber acabado con el problema de personas que duermen en la calle, lo que han hecho es desplazar el problema a otros lugares. El alcalde de Pamplona, Joseba Asirón, de EH Bildu, ha ofrecido pagar billetes de autobús a las personas sin hogar que normalmente viven en la calle, para que se marchen de Pamplona, si lo desean.

Con la advertencia de que, según el Diario de Navarra, se negarían los vales de comedor y cama a quienes no aceptaran este billete de autobús, una política controvertida que ha suscitado alarma social. Esta medida ha sido duramente criticada por su aparente intento de «limpiar» las calles sin ofrecer soluciones reales al problema de fondo de la indigencia.

¿Qué pasaría si esta medida la hubiera implantado Vox? Vox no ha respondido ante esta medida, pero sí lo ha hecho la portavoz del grupo municipal de UPN en el Ayuntamiento de Pamplona, Cristina Ibarrola, quien ha denunciado la «hipocresía y demagogia llevada a cabo por el actual equipo de gobierno con la gestión de las personas sin hogar». Esta medida ha suscitado críticas y comparaciones con las promesas del mismo gobierno de Bildu hacia los presos de ETA una vez liberados, incluyendo planes de reinserción social, vivienda y apoyo laboral, lo que plantea un debate sobre la equidad y prioridades en las políticas de asistencia social. Este escenario en el País Vasco y Navarra plantea preguntas profundas sobre la responsabilidad social y política frente a las personas más vulnerables. «Lejos de haber acabado con el problema, tal y como llegaron a proclamar a través de medios afines durante sus primeros días de gobierno, hoy siguen siendo muchos quienes duermen al raso y a quienes se les está ofreciendo como medida estrella un billete gratis de autobús para abandonar nuestra ciudad», ha añadido la exalcaldesa de Pamplona, que fue desalojada por el PSOE de Pedro Sánchez en pago a los servicios de EH Bildu por haberle hecho presidente del Gobierno.