EH Bildu ha logrado un significativo avance, empatando en número de escaños con el Partido Nacionalista Vasco (PNV), ambos con 27 diputados. Esta situación marca un cambio notable en el panorama político de Euskadi, donde el PNV ha visto reducida su representación en cuatro escaños respecto a las elecciones de 2020, mientras que EH Bildu ha incrementado la suya en seis escaños.

Con el 98,5% de los votos contados, los resultados han dejado a ambos partidos en una posición de potencial colaboración para formar gobierno, aunque históricamente han sido adversarios. El PSE-EE, por su parte, también ha mejorado su representación obteniendo 12 escaños, dos más que en la anterior convocatoria electoral, lo que podría permitirle reeditar la coalición de gobierno con el PNV, sumando un total de 39 escaños, justo por encima de la mayoría absoluta en la cámara vasca.

A pesar del posible escenario de colaboración entre PNV y EH Bildu para alcanzar una mayoría estable, los líderes de ambas formaciones han expresado durante la campaña su reticencia a formar alianzas. Sin embargo, los resultados electorales podrían colocar a EH Bildu en una posición clave como posible 'llave' para la formación del futuro Gobierno de Euskadi, desafiando las posiciones previas y abriendo el diálogo a nuevas posibilidades de gobernanza en la región.

Este avance de EH Bildu se ha destacado especialmente en Gipuzkoa y Álava, donde ha superado al PNV, consolidando su crecimiento en áreas tradicionalmente menos favorables. A nivel estratégico, esta nueva distribución de fuerzas plantea un escenario político más complejo y posiblemente más competitivo en cuanto a la formación de un gobierno estable en el País Vasco.

Por otro lado, la presencia en el parlamento de nuevos actores como Sumar, que ha logrado un escaño por Álava, y la continuidad de Vox con un representante, podría influir en las dinámicas parlamentarias y en las futuras negociaciones para la formación del gobierno. La salida de Elkarrekin Podemos del Parlamento Vasco, que no ha conseguido el respaldo suficiente para mantener sus escaños, refleja un cambio en el apoyo de los votantes hacia otras opciones políticas en la región.

Los próximos días serán cruciales para determinar las alianzas y las estrategias que adoptarán los partidos para asegurar un gobierno estable en el País Vasco, en un contexto marcado por el reajuste de fuerzas y las expectativas de un cambio significativo en la dirección política de la comunidad autónoma.