27.04.2024 |
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Los discos de freno: todo lo qué debes saber

Los discos de freno: todo lo qué debes saber

El frenado es una de las acciones más importantes en la conducción de un coche. Buena parte de la seguridad del vehículo y sus ocupantes depende de la optimización en el resultado obtenido cuando el conductor pulsa el pedal del freno. Tener controlado este apartado, tanto en las labores de mantenimiento como en el cambio de piezas, es uno de las preocupaciones que el propietario debe tener. Cada coche tiene sus propias características y necesita un modelo determinado. Lea más información sobre los discos de freno aquí, para obtener la información adecuada y poder proporcionar a su modelo el tipo adecuado.

El disco de freno es un dispositivo que está instalado en el sistema de frenado, concretamente en el eje de giro de las ruedas. Su función es responder con solvencia cuando se pulsa el pedal de freno. Es decir, forma parte del proceso de la reducción de la velocidad y de la detención del vehículo. Cuando el conductor pulsa el pedal correspondiente, los frenos atrapan el disco, que genera una fricción que provoca que las ruedas vayan reduciendo su intensidad, lo que se traduce en una disminución de la velocidad del vehículo. 

Es, por lo tanto, una pieza fundamental para la seguridad al volante; ya que su correcto funcionamiento garantiza que una acción tan importante y habitual como la de frenar, transcurra con total normalidad. Cada vehículo tiene cuatro discos de freno, que están colocados en cada una de las ruedas. Hay dos modelos y su uso depende de las características de cada ejemplar, si bien la mayoría coinciden en el disco de freno sólido, que tiene una superficie lisa. El otro tipo es el ventilado, utilizado para los coches de alta cilindrada y que tienen una potencia de motor muy elevada. Este modelo está preparado para soportar y controlar el calor extremo, que es habitual en estos motores. 

Cómo comprobar un mal funcionamiento

Detectar que el disco de freno falla es un aprendizaje muy útil para todos los conductores, ya que les permitirá adelantarse a un problema mayor y ganar en seguridad para su vehículo y los acompañantes. El uso continuado es el principal motivo del desgaste y el posterior dañado de esta pieza, lo que no descarta otros motivos que desembocan en esta situación. Hay algunos síntomas que ayudan a detectar el problema. Uno de los más comunes radica en una sensación extraña cuando se pulsa el pedal, identificada principalmente en una dureza excesiva. Las vibraciones no son buenas compañeras al volante y el disco de freno es una de las piezas que más evidencia un problema con esta señal. Lea aquí sobre los fallos de los discos de freno para disponer de más información relacionada. 

El pedal es un elemento clave en este proceso y la mayoría de indicios parten de él. Por ello se detecta el problema cuando su carrera es demasiado larga o demasiado corta, en comparación con el recorrido habitual que realiza para frenar. Otro de los indicios más comunes para identificar un fallo en el disco de freno es un sonido molesto, en forma de chirrido, que se produce cuando se activa el sistema de frenado. El bloqueo de una o varias ruedas cuando el conductor frena es también una manifestación de qué alguna pieza está dañada. 

¿Por qué falla?

Conocer cómo detectar el problema y saber los motivos del mismo es otro punto a favor del conductor, que con esta información puede adaptar su conducción para minimizar los riesgos y conseguir una mayor vida útil de sus discos de freno. El propio desgaste, fruto del uso natural del vehículo, es el motivo más común; si bien este momento puede retrasarse si se evita la conducción por zonas resbaladizas o por aquellas en las que hay una humedad excesiva. El lodo, en ese sentido, es un terreno que debe evitarse. 

Fugas de fluidos en el motor o la pérdida de presión del líquido de frenos hidráulico, que se encarga de dar vida a diferentes elementos del sistema de frenado; son también motivos para que el disco de freno se dañe. Esto se puede evitar con revisiones periódicas y actuaciones rápidas ante cualquier sospecha, al igual que si el vehículo lleva la carga adecuada, ya que una sobrecarga es otro motivo para que esta pieza se deteriore antes de tiempo. 

Reemplazo

El cambio de los discos de freno de un coche es un proceso sencillo que un particular puede realizar con éxito en su garaje. La rueda se extrae, con el uso del gato y el destornillador, para retirar las pastillas de freno. Esta acción es imprescindible, además de quitar la pinza de freno, que es un elemento que ejerce presión sobre las pastillas y roza los discos para facilitar el frenado. A continuación, se retiran los discos de freno usados y se sustituyen por los nuevos. Es recomendable cambiar también las pastillas. En el proceso natural, los discos de freno delanteros se sustituyen cada 120.000 kilómetros y este límite se multiplica por dos en el caso de los traseros.

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