Vladimir Putin se enfrenta a un aislamiento internacional cada vez mayor y a la perspectiva de convertirse en paria, ya que los aliados a largo plazo se volvieron dramáticamente en su contra tras la invasión de Ucrania, y las naciones occidentales planearon más acciones militares y financieras decisivas contra Moscú.

A medida que sus esperanzas de una victoria rápida se evaporaron ante la feroz resistencia de los soldados ucranianos y los ejércitos de ciudadanos voluntarios, el presidente de Rusia fue abandonado por su aliado clave, China, y el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskiy , rechazó desafiante su ultimátum exigiendo la rendición de Kiev. .

Quizás en el desarrollo más sorprendente, Alemania anunció el sábado por la noche que suministraría a las tropas ucranianas 1.000 armas antitanque, así como 500 misiles Stinger de sus propias reservas militares.

“El asalto ruso a Ucrania marca un punto de inflexión”, dijo el canciller de Alemania, Olaf Scholz , señalando un cambio importante en la postura militar de posguerra de su país. “Amenaza todo nuestro orden de posguerra. En esta situación, es nuestro deber apoyar a Ucrania lo mejor que podamos en su defensa contra el ejército invasor de Vladimir Putin. Alemania está muy cerca del lado de Ucrania”.

Significativamente, también se dijo que el gobierno alemán estaba cediendo ante la intensa presión de Gran Bretaña, EE. UU. y Canadá para prohibir a Rusia el crucial sistema de pagos bancarios Swift después de repetidos llamamientos de Kiev para que Occidente lo hiciera . Fuentes en Berlín dijeron que los puntos de vista de los ministros alemanes estaban cambiando sobre el tema y estaban discutiendo activamente medidas que "golpearían a las personas adecuadas", habiéndose resistido anteriormente, en parte debido a los temores de que una prohibición afectaría el flujo de fondos a las agencias de ayuda en Rusia. .

En nuevos golpes a Putin, el líder húngaro, Viktor Orbán, visto durante mucho tiempo como amigo de Moscú, abandonó su apoyo y dijo que respaldaría todas las sanciones de la UE contra Rusia , mientras que se informó que Turquía estaba considerando bloquear el paso de buques de guerra rusos al Mar Negro.

A medida que se intensificaba la protesta diplomática mundial, el Ministerio de Defensa de Rusia anunció ominosamente que estaba ordenando a “todas las unidades avanzar en todos los sectores”, ya que acusó a Ucrania de negarse a negociar. Y en un intento desesperado por restaurar una narrativa positiva en la guerra de la información, el Kremlin prohibió las protestas callejeras y restringió el acceso a las redes sociales como Facebook. Una lista cada vez mayor de celebridades e influencers rusos anunciaron que respaldaron los esfuerzos globales para detener la guerra.

Habiendo mantenido a raya a las fuerzas rusas durante dos noches, la moral en Kiev se mantuvo alta entre los ucranianos de todas las edades y de todos los ámbitos de la vida, ya que muchos hicieron cola para tomar las armas. Muchos también compartieron alegremente videos de civiles desarmados que se precipitaban en la carretera para detener el avance de los convoyes y reprender sin miedo a los soldados rusos sobre por qué habían venido a Ucrania. En todo el país, no se confirmó que las fuerzas rusas tuvieran el control de una sola ciudad importante, mientras que Zelenskiy permaneció en Kiev y les dijo a los estadounidenses que se ofrecieron a evacuarlo: “La lucha está aquí. Necesito municiones, no un aventón.

Sumándose a la sensación de crisis que envuelve al Kremlin, EE. UU. dijo que enviaría otros 350 millones de dólares (260 millones de libras esterlinas) de asistencia militar a Ucrania, lo que eleva el total de los últimos 12 meses a más de 1.000 millones de dólares; La OTAN trasladó más tropas y armamento a los estados miembros del este que limitan con Rusia y Bielorrusia; y un boicot deportivo se multiplicó , con Rusia enfrentándose a una prohibición de las carreras de autos y Polonia negándose a jugar un partido de fútbol de la Copa Mundial. YouTube prohibió que el medio de comunicación estatal ruso RT y otros canales rusos reciban dinero por anuncios que se publican con sus videos.

La oposición a la invasión también se extendió al programa de fútbol de la Premier League del Reino Unido. En el partido entre el Manchester City y el Everton, los jugadores del Everton salieron envueltos en banderas ucranianas, mientras que el Manchester City vestía camisetas con las palabras "No a la guerra".

El entrenador en jefe del Chelsea, propiedad del multimillonario ruso Roman Abramovich, quien la semana pasada fue nombrado en el parlamento como uno de los 35 oligarcas y "facilitadores" del régimen de Putin, incluso sugirió que estaría "feliz de perder" el Carabao del domingo. Final de Copa ante el Liverpool.

“Dada la situación, que tenemos una guerra, esto simplemente no es lo suficientemente importante”, dijo Thomas Tuchel. “Desafortunadamente no ayudará, pero, si lo hiciera, estoy feliz de perder el partido”.

El sábado por la noche, Abramovich anunció que entregaría la “administración” del club a los fideicomisarios de su fundación benéfica .

En Londres, el Ministerio de Defensa anunció que los tanques y vehículos blindados Challenger 2 del Royal Welsh Battlegroup habían llegado a Estonia desde Alemania, con más equipo y alrededor de 1,000 soldados siguiéndolos en los próximos días.

El secretario de Defensa, Ben Wallace, dijo que el objetivo era detener las invasiones de los estados miembros de la OTAN : “Junto a nuestros aliados de la OTAN, estos despliegues constituyen un elemento disuasorio creíble para detener la agresión rusa que amenaza la soberanía territorial de los estados miembros”.

El sábado, los avances rusos en las principales ciudades, incluida Kiev, parecían haberse ralentizado o detenido. El Ministerio de Defensa de Ucrania afirmó que Rusia había sufrido más de 3.000 bajas y que muchos otros soldados habían sido capturados.

El Reino Unido y otros diplomáticos dijeron que la decisión de China de abstenerse en lugar de respaldar a su aliado Rusia en una resolución de la ONU sobre la invasión se consideraba una gran victoria para Occidente. Beijing pidió tanto a Moscú como a Kiev que encontraran un acuerdo negociado.

El ministro de salud de Ucrania informó el sábado que 198 personas habían muerto, incluidos tres niños, y que más de 1.000 habían resultado heridas desde que la ofensiva rusa comenzó antes del amanecer del jueves con ataques aéreos y con misiles masivos y tropas que irrumpieron en Ucrania desde el norte. este y sur.

Entre los edificios de Kiev afectados en la última ola de ataques rusos se encontraba un edificio residencial de gran altura. El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, publicó una imagen que muestra un enorme agujero en un lado del edificio y apartamentos dañados en varios pisos.