El debate sobre el aborto se ha convertido en un tema central en la campaña electoral de Estados Unidos, especialmente después de la anulación de la sentencia Roe vs. Wade, que históricamente garantizaba el derecho al aborto a nivel federal en el país. Esta situación ha llevado a que tanto el presidente actual, Joe Biden, como su oponente, Donald Trump, tomen posturas claras respecto al tema.

Biden ha anunciado su intención de convertir el derecho al aborto en una ley federal en caso de ser reelegido, buscando así sortear posibles decisiones de la Corte Suprema. Incluso su vicepresidenta, Kamala Harris, ha visitado centros abortistas de Planned Parenthood en un acto de apoyo al derecho al aborto.

Por otro lado, Trump propone restringir el aborto, planteando una prohibición parcial que limitaría las interrupciones del embarazo después de las 16 semanas, con excepciones en casos de violación, incesto y riesgo para la vida de la madre. Aunque esta medida ha sido vista como un avance por parte de los grupos provida, algunos consideran que es insuficiente y que debería ser solo el primer paso en la lucha contra el aborto.

La posición de Trump ha generado cierta controversia dentro de su propio partido, ya que algunos sectores republicanos esperaban una postura más radical contra el aborto. Sin embargo, el presidente ha tratado de presentar su propuesta como un equilibrio entre las posturas extremas de los demócratas y una moderación en la defensa de la vida.