Equipar nuestro hogar es vital para lograr el confort de nuestro día a día. Con los cambios de estación, contar con los electrodomésticos para sobrellevar las cambiantes temperaturas es una necesidad indiscutible, pero también, un considerable golpe al bolsillo.

Luego de un año lleno de altos y bajos en la economía española y un confinamiento que trajo consigo un aumento en el consumo de servicios e incremento en las facturas, los habitantes españoles buscan ahorrar sin dejar de tener el confort necesario dentro del hogar.

En este sentido, la calefacción y el agua caliente ha sido uno de los componentes que se destacan entre los hogares, sobre todo durante las épocas más frías que han estado presentes. Las calderas por lo general trabajan con distintas fuentes, unas con menor costo y consumo en comparación a otras.

La caldera de gas es una de las preferidas en los hogares españoles, no solo por su alto rendimiento, sino también por sus precios menos impactantes en la economía de las personas, mientras son capaces de brindar la calidez necesaria para toda la familia.

La instalacion caldera de gas resulta más económica que aquellas calderas con un combustible diferente para realizar sus funciones, esto se debe al económico precio del gas, lo cual con el aumento de los servicios como la electricidad en España, resta costos considerables en las facturas sin arriesgar la buena calidad de vida.

Menor precio, mayor rendimiento

Optar por la instalacion de calderas de gas sobre las eléctricas es, en algunos casos, la opción más favorable. Entre sus atractivos destaca el ahorro de gas y el ahorro de dinero.Su sistema está diseñado para aprovechar al máximo todo lo que produce, para de esta manera reducir la carga de la caldera y ahorrar el gas hasta un 25% al reutilizar el vapor que desprende para seguir funcionando. El total de ahorro varía dependiendo de qué tan constante sea el uso que se le dé a esta.Igualmente, su funcionamiento no se ve afectado por trabajar en bajas temperaturas, de hecho, la eficacia se ve mejorada sin dejar de lado lo ahorrativo, ya que no deja perder nada, gracias al proceso de condensación para seguir haciendo sus funciones sin consumir gas extra.También, se trata de una opción amigable para el medioambiente, puesto que al menguar el consumo de gas, se libera menos CO₂ en el entorno. De esta forma, cuida a todos de manera general.

Las calderas de gas pueden ahorrar mucho más

A pesar de que las calderas de gas resultan más económicas que las eléctricas, los costos en la factura del gas pueden ser reducidos aún más con ciertos hábitos y algunos otros complementos que a la larga serán beneficiosos para cuidar el bolsillo.Los sistemas que manejan las calderas de gas están diseñados para crear un ambiente más cálido ante estaciones frías y calentar el agua de las tuberías. Para lograr que estos procesos se realicen con el menor esfuerzo para el artefacto, es necesario que se tomen en cuenta varios factores que rodean a la caldera y ajustarlos.Controlar la temperatura ambiental es una de las variables a considerar para ahorrar el gas que consumen las calderas. Colocar termostatos en la casa o estancia donde se encuentre instalada la caldera es una forma de ahorro sin demasiada inversión, se puede elegir cualquier de las opciones en termostatos para mantener controlada la temperatura, ya que mientras más grados aumente, más consumo genera.Muchas personas consideran los termostatos digitales en lugar de los tradicionales para lograr un mayor control de la temperatura en la que   el ambiente en todo momento, aun sin estar nadie en casa.

Controlar la temperatura del agua

El agua caliente es uno de los procesos que realizan las calderas donde más gas se consume, por ello, se deben tomar ciertas medidas que, al igual que la temperatura ambiental, puede disminuir el gas que se utiliza para lograr la temperatura requerida del agua.Mientras más caliente sea el agua que produce la caldera, mayor es la cantidad de gas que se consume. Por ello, un ajuste en la temperatura del agua es el paso para una factura menos cargada.Contar con aireadores en las duchas es una forma sencilla para controlar el caudal y temperatura del agua, cuyos grados ideales se encuentran entre los 40° y 45° para cualquier uso. Igualmente, cada persona puede graduarla dependiendo de sus necesidades.Igualmente, ajustar la caldera en una temperatura fija para el agua sin necesidad de graduar la ducha con agua fría aminora el uso de gas para la caldera. También, acortar los períodos de tiempo que se pasa en la ducha contribuye a esta causa.Utilizar el agua natural de las tuberías a la hora de lavar los platos, ropa o el coche también contribuye al ahorro enormemente.