Roma, 8 feb (EFE).- Diversas asociaciones de vecinos de la localidad italiana de Fiumicino (centro), en el litoral romano, han denunciado la posible construcción de un puerto para cruceros por los estragos económicos y medioambientales que podría ocasionar.

"Nos preocupa nuestra salud porque sobre nuestras cabezas ya pasan los aviones del aeropuerto", explicó hoy a Efe David Di Bianco, portavoz del comité Tavoli del Porto, que suma una treintena de asociaciones vecinales de este municipio con el principal aeropuerto de Italia.

El ayuntamiento de Fiumicino ha rehusado hacer declaraciones.

Los vecinos aseguran que hay planes para construir un gran puerto para cruceros en la misma desembocadura del río Tíber, en una zona abandonada donde se encuentra el viejo Faro de Fiumicino y muy cerca del yacimiento arqueológico del puerto de Ostia Antica y de Trajano.

La operación para realizar este puerto, según Di Bianco, empezó el año pasado, cuando la empresa Fiumicino Waterfront, filial del coloso Royal Caribbean, se hizo con la compañía Iniziative Portuali (IP), quebrada desde hace unos años y envuelta en casos judiciales.

Hace una década IP, propiedad del empresario Francesco Bellavista Caltagirone, empezó las obras para un puerto deportivo en esta zona de Fiumicino pero su arresto y varios casos de corrupción detuvieron la construcción, que ha quedado a medias desde entonces.

Ahora, aseguran los vecinos, los nuevos propietarios de la empresa pretenden no solo concluirla, sino que han pedido a las autoridades competentes la modificación del proyecto para realizar un enorme puerto para los cruceros.

El comité Tavoli del Porto está llevando a cabo frecuentes protestas ya que la construcción de un "megapuerto" supondría drenar los fondos de la costa romana para hacerlos más profundos y permitir el atraque de estas auténticas ciudades flotantes.

Además del impacto medioambiental y la contaminación, los vecinos estiman "muy escaso" el beneficio económico porque los turistas no se quedarían en Fiumicino sino que irían directamente a Roma, saturando además las carreteras e infraestructuras de este lugar.

Basta pensar que el lugar donde se situaría el puerto se conoce como "Isola Sacra" (Isla Sagrada), un terreno delimitado por una bifurcación del río Tíber a su llegada al mar Tirreno y que está conectado con solo tres puentes.

Se trata del temido "modelo Venecia", la saturada ciudad de los canales para la que el Gobierno el pasado julio prohibió el paso de estas grandes naves por delante de San Marcos o del Canal de la Giudecca y busca nuevas soluciones para su atraque.

Además consideran que el proyecto de un puerto realizado por una empresa privada socavaría el funcionamiento del de la cercana Civitavecchia, de competencia pública y adonde ya llegan normalmente los cruceros que se detienen en Roma. EFE

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