Huelva, 20 feb (EFE).- El Juzgado de lo Penal 1 de Huelva juzga esta semana a F.J.R.C., encargado de una finca situada en el Paraje Las Malvinas de Moguer (Huelva) por abusar sexualmente de cuatro temporeras marroquíes que con contrato en origen se habían desplazado a la misma para la campaña agrícola.

El juicio contra esta persona, que se enfrenta a una petición de condena por parte de la Fiscalía de 4 años y 6 meses de cárcel, se celebrará el próximo día 25, según han confirmado a EFE fuentes jurídicas.

Se le considera responsable de cuatro delitos de acoso sexual por cada uno de los cuales solicita 9 meses y de un delito de abuso sexual por el que le suma un año y seis meses.

El Ministerio Fiscal pide también para él orden de alejamiento en el caso de que las mismas regresen a España a menos de 200 metros y a comunicar con ellas por tiempo de 2 años para tres de ellas y 4 para la cuarta; mientras que en concepto de responsabilidad civil deberá indemnizar a cada una de las perjudicadas con la cantidad de 3.000 euros por los daños morales causados por el delito de acoso y además indemnizará a una de ellas con la cantidad de 6.000 euros por los daños morales causados por el delito de abuso sexual.

Los hechos por los que va a ser juzgado ocurrieronr en abril y mayo de 2018, cuando el acusado trabajaba como encargado en la finca situada en el Paraje de Las Malvinas y tenía entre otras funciones la de supervisar el trabajo de producción que en esa época se centraba en la recogida de zarzamoras, por lo que se relacionaba directamente con los trabajadoras de la finca.

En la citada finca comenzaron a trabajar el 30 de abril de 2019 cuatro temporeras marroquíes que habían llegado a España con contrato en origen.

En ese contexto laboral, según el relato del fiscal, el acusado, abusando de su posición y de la situación de vulnerabilidad de las trabajadoras, procedió a hostigarlas con ánimo de coartar su libertad sexual.

Para ello entraba en la vivienda donde estaban alojadas sin permiso, se aproximaba a ellas sin justificación cuando estaban en sus puestos de trabajo y permanecía en dicha vivienda cuando las trabajadoras estaban en la ducha, haciéndoles gestos de connotaciones sexuales para solicitar favores sexuales.

A una de las temporeras, en una ocasión, llegó a tocarle la espalda y los pechos con ánimo libidinoso. EFE

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