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Adriana Lastra, el sanchismo de "pata negra"

Antonio del Rey

Adriana Lastra, el sanchismo de "pata negra"

Antonio del Rey

Madrid, 18 jul (EFE).- La socialista Adriana Lastra ha acompañado a Pedro Sánchez en toda su trayectoria hasta la Presidencia del Gobierno como fiel y destacada representante de lo que se ha venido en llamar el "sanchismo", pero además el de "pata negra", porque le ha seguido desde siempre.

Oficialmente, su marcha se debe a razones personales a raíz de un embarazo que le exige "tranquilidad y reposo", según ha contado al anunciar su dimisión como vicesecretaria general del PSOE, de modo que la siempre combativa e incansable socialista asturiana pone en la balanza su vida familiar frente al exigente fragor de la vida pública.

Pero también es cierto que el momento es especialmente delicado para un partido con las encuestas a la baja, necesitado de algún revulsivo para encarar la recta final de la legislatura, un año y medio donde el PSOE está obligado a poner toda la carne en el asador.

Lastra siempre ha estado con Sánchez, creyó en él desde el minuto uno, y cuando el PSOE atravesó su peor crisis interna simbolizada en su marcha de la secretaría general en el rocambolesco comité federal del 1 de octubre de 2016, le siguió en su travesía del desierto hasta que logró recuperar el liderazgo en las primarias de mayo de 2017.

Forjada en la política local y autonómica, la hasta ahora "número dos" del PSOE encarna a la perfección el perfil del socialismo luchador y militante, en su caso desde su Ribadesella natal, donde nació el 30 de marzo de 1979.

No acabó los estudios de Antropología Social y Cultural, pero a partir de su afiliación, a los 19 años, a las Juventudes Socialistas, se forjó una trayectoria con cada vez más peso en el PSOE de Asturias, en el que ocupó varios cargos. En 2014, ya con Pedro Sánchez como líder, fue secretaria de Política Municipal del PSOE.

Diputada autonómica entre 2007 y 2015, dio el salto al Congreso al conseguir escaño en la legislatura "corta", que renovó en las elecciones de junio de 2016, de cuya campaña se encargó dentro del Comité Electoral.

La caída de Pedro Sánchez le apartó de la Secretaría de Política Municipal, y en la investidura de Mariano Rajoy hizo patente su discrepancia con la directriz del partido de facilitar su elección al abstenerse "por imperativo". No rompió la disciplina pero no se calló.

Estuvo en el retorno de Sánchez, que había dejado su escaño en defensa de su "no es no" a la investidura de Rajoy, y le apoyó desde el primer mitin en Dos Hermanas (Sevilla) en enero de 2017, ocupándose además de coordinar su campaña de primarias.

Lastra formó parte desde entonces del "núcleo duro" del sanchismo y fue quien registró junto a José Luis Ábalos -ahora también apartado de la primera línea- la precandidatura para las primarias socialistas.

La victoria de Sánchez le aupó de nuevo a responsabilidades en el PSOE, elegida vicesecretaria en el 39 congreso de junio de 2017, pero además fue nombrada portavoz adjunta en el Congreso de los Diputados, con Margarita Robles de portavoz.

Logró Sánchez desbancar a Rajoy en la moción de censura del 5 de junio de 2018 y Lastra pasó a ser portavoz parlamentaria, dándole una mayor visibilidad pública que permitió apreciar sus capacidades como oradora contundente, sin pelos en la lengua y especialmente contumaz en sus ataques a la derecha desde la tribuna del hemiciclo.

Pero no solo eso, porque luego fue una de las artífices, junto a Ábalos y Carmen Calvo, de la negociación con otros grupos de la frustrada investidura de Sánchez tras las siguientes elecciones de abril de 2019, tarea que continuó después de la repetición electoral de noviembre que finalmente se resolvió exitosamente para Sánchez.

Así que la política asturiana supo combinar su faceta más combativa, e incluso agresiva dialécticamente en sus intervenciones como portavoz, con la capacidad de negociar con nacionalistas y las demás fuerzas que han resultado imprescindibles para que el llamado "sanchismo" pudiera gobernar, y más desde un gobierno de coalición.

A Lastra le tocó capear con la pandemia que determinó los primeros compases del Gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos, en busca de votos para las prórrogas del estado de alarma, el confinamiento de la población y el desembarco de Vox en la Cámara Baja, objeto de sus ataques dialécticos más furibundos.

Hace un año, Pedro Sánchez acometió una remodelación del Gobierno que supuso la salida del Gabinete de Ábalos, entonces ministro de Transportes, que también dimitió como secretario de Organización, así que la portavoz tuvo que tomar las riendas del partido y en octubre Héctor Gómez la relevó al frente de la portavocía del Congreso.

Desde entonces sus apariciones públicas han sido contadas, casi siempre desde Ferraz, reservadas a su papel como dirigente socialista, aunque también ha intervenido ocasionalmente en los pasillos del Congreso en momentos puntuales para fijar posición.

Su comunicado de renuncia no alude a sus futuras tareas como diputada pero sí deja claro que su decisión es apartarse del agitado frente político y parlamentario.

"Nos encontraremos en las agrupaciones y las casas del pueblo", anuncia a sus "queridos compañeros y compañeras del Partido Socialista". EFE

adr/mcm

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