​Acosado por el caso Koldo, conmocionado por haber salido en la trama el nombre de su mujer aunque dicen los suyos que Sánchez no pone en duda su postura intachable, el presidente de gobierno quiere que  los nombres de Ábalos y Koldo dejen de ocupar los titulares políticos -y los memes- y la atención se centre en otros asuntos. Por ejemplo, en la ley de Amnistía,  el erre que erre que para Sánchez siempre ha sido un debate muy incómodo  pero que ahora puede servirle para que oculte un debate que le es más incómodo todavía. 

El prófugo Puigdemont ha trasladado este sábado a “su” Consejo de la República que la amnistía está “cada vez más cerca”, porque  su ley se va a aprobar en los próximos días. Se supone que con  variaciones respecto al texto anterior, que Junts no respaldó y ha obligado a nuevo dictamen de la Comisión de Justicia y nueva votación, que efectivamente se producirá en las dos próximas semanas. Pero eso no significa que la amnistía esté a la vuelta de la esquina. 

En cuanto se apruebe, el Tribunal Supremo la enviará al Tribunal de Justicia de la UE, y su aplicación  queda paralizada hasta que se pronuncie el tribunal europeo. Pero hay más problemas, esbozados por la Comisión de Venecia que visitó España el mes pasado y cuyas conclusiones han sido “vendidas” por el gobierno como un respaldo a la Ley. No lo es, y por grande que haya sido la manipulación de los socialistas sobre el dictamen de la comisión -que no es vinculante, pero sí importante porque se trata de un organismo con prestigio-, el texto  advierte que obligaría a una reforma de la Constitución española antes de aplicarla y que su relevancia obliga a tramitarla como proyecto de ley y no como proposición de ley; y añade que el debate social que ha provocado, indica que  no se puede admitir el  argumento de que es necesaria para promover la reconciliación nacional.

La Comisión, en su dictamen, recuerda que no cuenta con atribuciones para determinar si la ley es acorde con las leyes europeas.

Los próximos días la ley de amnistía volverá con fuerza al debate político pero, para preocupación de Pedro Sánchez, el caso Koldo mantendrá el protagonismo y, además, se empiezan a ver las consecuencias negativas para el presidente de gobierno, que se suman a las del pésimo resultado que ha tenido en las elecciones gallegas. 

Pedro Sánchez es hoy un presidente en decadencia. Su candidata a la secretaría general de Valencia ganó las primarias gracias a la intervención de Ábalos, que hizo el favor a la ministra Morand, que iba derecha hacia la derrota. Y, hace un par de días, en Extremadura, ha sido fue derrotada la candidata  sanchista a la secretaría general. 

Malos tiempos para Pedro Sánchez, que en pocos días medirá sus fuerzas en las elecciones vascas. Sin Vox, Sánchez estaría perdido.