26.04.2024 |
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Pilar Cernuda
10:25
16/02/22

España pierde peso

Pierde peso.
Pierde peso.
España pierde peso

Es muy evidente en el plano internacional, apenas se tiene en cuenta nuestro país,  peso también los políticos españoles acrecientan su desprestigio en el plano nacional, Sobre todo entre los ciudadanos de cierta edad que tienen referencias con las que comparar a los dignatarios actuales con los de hace unos años. No digamos con  los de la Transición, que tantas lecciones pueden dar a los actuales aunque los actuales los desprecian abiertamente.

    Los que tenemos, los que sufrimos, no es que sean de una mediocridad aplastante en cuanto a su visión  política, sino que su incapacidad para gobernar y para hacer oposición, su escaso afecto al país en el que viven y en el que ocupan  cargos de máxima responsabilidad, ha provocado que el presente y el futuro se encuentre condicionado por partidos de extrema izquierda y extrema derecha, independentistas y nacionalistas. Dos partidos que eran sólidos, PP y Psoe,  hoy no tienen más objetivo que el poder.  Ciudadanos empezó con muy buen pie, un partido centrado y liberal, pero la sucesión de torpezas de su máximo dirigente, Albert Rivera,  lo desarboló hasta convertirlo en casi extraparlamentario. Será  difícil que se recupere, aunque tanto Arrimadas como Edmundo Bal, Garicano y algunos más merecían tener papel en la política nacional, porque demuestran capacidad sobrada. Sin embargo  han quedado contaminados por el mal hacer de quien fue su líder.

En una situación como la de hoy se advierte más que nunca la falta de  altura de miras de quienes hoy representan  a los españoles. Han sido votados, y hay que respetar el resultado de las urnas, pero es inevitable recordar que los ciudadanos han sido víctimas de engaños y mentiras, tanto de los propios políticos como de algunos medios de comunicación con  papel activo e interesado en promover  candidaturas y partidos.

Se han encendido las alarmas por el avance de Vox en Castilla y León,  pero nada se dice de quienes han blanqueado a  Podemos, Bildu o los independentiatas. A España no le conviene Vox por su radicalismo y sus iniciativas que van contra la igualdad y la solidaridad, pero peor son los que arremeten  contra quienes no piensan como ellos y   persiguen a quienes defienden la Constitución y el cumplimiento de las leyes, como hacen los socios del gobierno.

Sánchez y Casado tienen una oportunidad de oro para demostrar que son capaces de dejarse la piel para defender los intereses españoles.  Se entiende en Casado la insistencia en no gobernar con  Vox, porque le resta votos, aunque Génova pone excusas ideológicas. Pero no se entienden las  excusas de un  Sánchez que gobierna con el apoyo de partidos  que no aprobarían el examen de democracia.  Los dos políticos darían un salto cualitativo en su biografía si fueran capaces de llegar a un acuerdo para desterrar de las instituciones a los extremistas. A Vox ahora, pero también a quienes buscan la destrucción de España.

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