27.04.2024 |
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Anécdotas de precampaña electoral

Anécdotas de precampaña electoral

Permítame que hoy, abocados todos al fin de semana y al regocijo vacacional en lo posible, le distraiga con lo que no son sino anécdotas de precampaña electoral. Lo malo de las anécdotas es que suelen reflejar categorías morales, que ya se sabe que el camino del infierno está empedrado de buenas intenciones y de pequeños detalles, a menudo propiciados por santos inocentes.

La verdad es que, si a veces uno no se indignase, disfrutaría en este país surrealista, en el que las portadas se abren con la designación de un afamado torero, de Vox, como vicepresidente nada menos que del Consell valenciano y, además, conseller ¡de Cultura!, toma ya tauromaquia. O donde se destaca que el delegado del Gobierno en Madrid, un meritorio 'sanchista' connotado, se ha lanzado a elogiar, en un concurrido desayuno transmitido por 'streaming', el papel de Bildu apoyando la gobernación de España, no como esos 'patriotas de pulserita'; eso es ayudar a la campaña de tu jefe, sí señor.

Hombre, tampoco está mal que, dentro de lo que es la búsqueda urgente de pactos entre muy extraños compañeros de cama para okupar el poder en los ayuntamientos, los socialistas lancen un llamamiento desesperado al PP para que apoye al candidato del PSC para la alcaldía de Barcelona, con las cosas que se han dicho entre ambos, Dios mío... Parece que estemos en un 28 de diciembre, con las inocentadas que nos gastan nuestros ilustres representantes, ofuscados, da la impresión, ante las premuras de tanta convocatoria electoral. Y así, los que acaban siendo más inocentes que un cubo son ellos mismos. Pero del 'hit parade' de risibles naderías me va usted a permitir destacar lo del inocente Santos. Insuperable...hasta la próxima, claro.

Santos Cerdán es, aunque acaso usted de nada le conocía hasta ahora, el 'número tres' del PSOE; que es el partido que nos gobierna desde hace cinco años. Buena gente, aseguran, nunca le he tenido por un Metternich de la política, si le digo a usted la verdad. Entre él y Adriana Lastra, defenestrada pero que ahora parece que regresa a los focos, hicieron del PSOE un partido sin alma ni otra divisa o ideario que la obediencia ciega al presidencialismo de Pedro Sánchez. Ignoro quién le asesora, pero el señor Santos Cerdán, inocentemente, se ha plantado ante la Junta Electoral Central para denunciar presuntas manipulaciones en las encuestas que publican determinados periódicos --no otros, menos críticos-- y que salen muy negativas para las perspectivas de permanencia del PSOE en el poder.

Por supuesto, los periódicos denunciados, lo mismo que las empresas encuestadoras --con dos de ellas he colaborado personalmente en la realización de estudios sobre educación y medios de comunicación--, se han partido de la risa, y han llevado esas risotadas, y la comparación con las encuestas no demasiado acertadas del 'oficial' CIS, hasta las primeras planas. Alegar presuntas (e inexistentes) omisiones en las fichas técnicas para lanzar semejante denuncia es no saber nada del tema, ser un novato del juego político (Cerdán no lo es, aunque lo parezca) y, en suma, pegarse un tiro, otro tiro, en el pie. Y conste, ojo, que no digo yo que todo sondeo que aparece por ahí esté libre de chapuza o de intencionalidad manipuladora: uno aprendió hace muchos años, no aquí, sino en los Estados Unidos, que muchas veces estas indagaciones a la opinión pública son más 'fake news' que otra cosa.

Pero también sabemos todos que lo más fácil, y lo más errado, es matar al mensajero que nos trae malas noticias. Y, hasta donde sé --y algo sé-- , esos mensajeros van a seguir portando nuevas que al señor que habita en un despacho noble de la calle Ferraz (y a otro que habita en La Moncloa) van a seguir sin gustarles nada: alegar que los trabajos son falsos porque la ficha técnica no incluye la sede social de la empresa encuestadora, que es, por cierto, un domicilio que todo el mundo conoce, es algo más que un sarcasmo o una bobada: es un despropósito que tendría que haber sido denunciado ya por esos señores tan serios y rigurosos de la Junta Electoral que, supongo yo, deben estar tronchándose ante los disparates con los que los partidos, todos los partidos, cada día pueblan de anécdotas chuscas nuestra precampaña electoral. Y así, durante un mes y cinco días que nos quedan hasta el reposo ante las urnas.

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