No fue un discurso sobre el estado de la Nación, fue un mitin. El discurso del presidente del Gobierno en el debate fue el primer mitin de Pedro Sánchez en la campaña electoral que cerrará la legislatura a principios de 2023. Fue una intervención diseñada más para conectar con sus socios de la moción de censura que para ofrecer soluciones para combatir la inflación. El INE confirma que el IPC de junio está en 10,2 %, el nivel más alto desde 1985. Las medidas anunciadas, los nuevos impuestos a las compañías eléctricas y a los bancos, tienen el cuño de Podemos.

El giro más hacia la izquierda de Sánchez es un guiño al ala morada del Gobierno descontenta con el inopinado fervor atlantista del presidente, el incremento del gasto en Defensa y el cambio de política respecto del Sahara. Un descontento expresado por la vicepresidenta Yolanda Díaz que ha llegado a decir que al Gobierno le "faltaba alma". La satisfacción de los portavoces de Podemos habla por sí sola y también la de los socios periféricos ,uno de ellos (Gabriel Rufián), llegó a darle la "bienvenida" a la izquierda. En ese registro el mitin le salió redondo.

Cosa diferente es cómo está España en este caluroso mes de julio en el que los precios de las cosas están por las nubes y se atisba un otoño marcado por la incertidumbre. Incertidumbre que no despeja ninguna de las medidas proclamadas. Todo fue anunciar los impuestos a los bancos y a las eléctricas para que la Bolsa reaccionara anotando pérdidas y para que medio país concluyera que, en la práctica, los impuestos a las eléctricas y a los bancos los acabaremos pagando los consumidores y los clientes.

En su descripción de cómo hemos llegado hasta aquí con una inflación que ha disparado los precios de la luz, los productos de la cesta de la compra, los carburantes y los transportes, Sánchez volvió a endosar la factura a la guerra de Ucrania. Omitió que antes de la invasión, en el mes de enero, el IPC ya estaba en el 6,2%. No hubo en sus palabras ni el menor atisbo de autocrítica a la gestión del Ejecutivo. Pero, ya digo, mirando a la izquierda el mitin le salió redondo.