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Editorial
09:30
29/10/23

NO POR ESPAÑA Y NO POR CANTABRIA

Pedro Sánchez y su amnistía.
Pedro Sánchez y su amnistía.
NO POR ESPAÑA Y NO POR CANTABRIA
El nuevo cambio de postura de Sánchez, o como él mismo lo llama, su adaptación a las circunstancias, gira en torno a la propuesta de otorgar amnistía a aquellos que han perpetrado un ataque contra la democracia española y continúan amenazando con hacerlo nuevamente. Es la absolución de criminales con el riesgo latente de que reincidan. ¿Qué tipo de Estado de Derecho es este?

En este caso, nos referimos a los independentistas liderados por Puigdemont y su séquito. La realidad, evidente para cualquier observador, es que el líder del PSOE busca desesperadamente esos votos para mantenerse en el poder. Los socialistas, en los últimos tiempos, no llegan al poder de manera honesta; desde 2004, lo hacen siempre de forma abrupta. No hay necesidad de buscar interpretaciones complejas: todo se resume en la ambición personal de un aventurero que ansía seguir ocupando la Moncloa, incluso si eso conlleva uno de los mayores desastres que se recuerden.

Sánchez ahora justifica su propuesta de amnistía alegando que lo hace en nombre de España. Como españoles, les decimos que no lo hace en nuestro nombre. Estamos convencidos de que tampoco lo hace en nombre de millones de ciudadanos de esta nación llamada España. No utilice el nombre de España en vano. Los españoles, a excepción de aquel millón y medio que votaron a Bildu, PNV, Esquerra, Junts y BNG, no quieren desmembrar su país, no quieren blanquear a los terroristas, no quieren ignorar las infracciones legales, no quieren ciudadanos de dos categorías y no le quieren a usted, Sánchez, ya que nunca logrará el respaldo mayoritario del país, a diferencia de los presidentes anteriores.

La sociedad española no puede permitir que la ambición personal de un demócrata cuestionado ponga en peligro todo lo logrado con la convivencia pacífica que nos brindó la Constitución de 1978. Sánchez sabe que si hubiera elecciones, su derrota sería épica, como lo fue con aquellos 84 escaños que obtuvo en 2017. Es un hombre débil y temeroso, y eso explica su desleal actuación.

Su ambición, envuelta en miedos, también ha contaminado a su partido, donde apenas hay un individuo que pueda considerarse justo, quizás Page, pero las palabras deben convertirse en acciones.

Como corolario, reiteramos que en nuestro nombre, y el de nuestra tierra, que también es España, este aventurero no puede tomar decisiones que comprometan el futuro de nuestra nación. Esperemos que más pronto que tarde salgamos de este mal sueño que nos está dando este personaje.

NO POR ESPAÑA Y NO POR CANTABRIA
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