Desde luego que en estos difíciles tiempos que corren, no es difícil equivocarse al pronunciarse por cualquiera de los bandos de los mundos. Digo los mundos, ya que no es ya una cuestión geopolítica o económica, sino religiosa. Me refiero al conflicto Palestino – Israelí. Las religiones al fin y al cabo determinan la evolución de pueblos, comunidades y países; los mundos.

Es indiscutible que la igualdad entre mujeres y hombres, la aceptación de orientaciones sexuales de cada individuo o incluso si está permitido o no comer cierto animal o bebida no es lo mismo en la República Checa que en Irán. Hablo del pueblo Checho porque según encuestas es el país más Ateo del mundo y comento el ejemplo de Irán por citar un país como podría haber citado otros muchos donde aparte de ser dictaduras, son estados religiosos.

Así bien, históricamente, en lo que es la actual Israel o Palestina, es una región en la que prácticamente llevan en guerras cerca de los 3000 años. El pueblo Judío, tras 2 guerras Judeo-Romanas, fueron expulsados de sus tierras, la tierra prometida del profeta Abraham y sus 14 sucesores. No siempre intentaron volver a su tierra, ya que iban creando guetos por todo Europa y parte de Asia, triunfando e incluso haciéndose con el poder en varias ocasiones. De varios lugares como España fueron expulsados. Mientras tanto, la región de «su tierra prometida» ya había sido tomada y administrada por el mundo Islámico. También en esta zona existieron las famosas cruzadas y muchas guerras durante muchísimos siglos. Pero: ¿Y los Ingleses? Tras la perdida del imperio Otomano de este lado conflictivo del mundo, El Reino Unido toma parte de esta región, lo coloniza y lo explota, sin ningún reconocimiento real de los habitantes y sin interés alguno por sus preferencias religiosas, estoy hablando de hace no más de siglo y medio. Estuvieron hasta el 1948 y prácticamente lo abandonan dejando un lío montado de tres pares. Luego llegan las guerras mundiales y el pueblo judío escapa y llegan sobre todo a Londres.

De la capital Inglesa saltan a EE. UU. y muchos huyen también a Méjico, Cuba, Brasil, Argentina y muchos otros optan por volver a la tierra que abandonaron o «tierra prometida», bienvenida, Israel hasta hoy, vamos un jaleo de altura. Palestina se divide en dos y venga, buena suerte. Mi pregunta es la siguiente, ¿En qué momento España interviene? ¿A España esto le incumbe? Lo primero es que España es Cristiana y desde luego en la historia hemos demostrado que no nos interesan las religiones citadas, si bien cabe, cada vez somos más ateos.

A caso, ¿Vamos a aceptar el trato humano que concede el estado religioso Palestino a sus ciudadanos? ¿Vamos a ver bien que nos invadan Andalucía, «la tierra prometida», del mundo Islámico como ha pasado con Palestina? Yo creo, que debemos mantenernos totalmente al margen, por su puesto debemos condenar las muertes de inocentes e intentar encontrar la paz, pero ¿Por qué aceptamos que hagan lo mismo con una antigua provincia Española? El Sáhara, abandonado a su suerte en el 1975 por el pueblo Español, ¿Es menos que Palestina? ¿Es Marruecos mejor que Israel? Recordemos que prometimos varios referéndums a tal pueblo para que decidieran hacer lo que quisieran democráticamente.

A día de hoy, sigue siendo una invasión Ilegal por Marruecos, sigue siendo la frontera ilegal más minada del planeta y aún continúa habiendo el campo de refugiados más antiguo del mundo. Ojo, el pueblo Saharaui podría haber votado a favor de seguir siendo una provincia más de España, como Murcia vamos. Pero claro, el colega de Sánchez, Mohamed VI, el hijo de quién invadió, por la cara el Sahara, ahora va a organizar un mundial de Fútbol con nosotros. ¿No es de coña? Siento las palabras, la falsedad de este gobierno y de quienes lo votan es repugnante. Por un Sáhara libre a un Referéndum, como el que tanto pide el fugitivo

Puigdemont