Sinceramente no me creo nada de nada, oiga. Es que no me lo trago, desconfío plenamente. Lo único que se escucha son amenazas e intentos de bloqueos geopolíticos cuando al final nada cambia, nadie habla realmente de fronteras de independentistas populistas, de que el Spotify Barcelona Club deje de jugar el clásico y de que los vecinos Catalanes no quieran que los Cántabros les roguemos la cosecha con el Ebro. Me pregunto yo: ¿Y si empezamos a cobrar el grifo del agua o desviamos el cauce del río?. Siento llegar a tales extremos, pero es que se ríen de nosotros.

Además es que hay cosas tan extrañas, ¿Qué interés hay en callar conexiones Rusas con Junts? ¿Que tiene que ver la familia Pujol entre todo esto? ¿Y Andorra a su bola pasándonos por la cara sus cochazos? ¿Y el silencio de Sánchez con la invasión de Marruecos al Sáhara? Desde luego parece que estamos amenazados o cogidos por los mismísimos ‘cuyons’. Lo de Pedro Sánchez era de esperar desde luego, estamos cerquita ya de otra dictadura, de esas que tanto le encanta recordar. Pero lo que no es muy normal es la oposición: ¿Por qué también callan?. Si hablan de amnistías, referéndums ilegales o independencias fuera de la ley y de nuestra igualdad, ¿Por qué ese silencio? ¿Y el Rey?: Si no vas a hacer ni decir nada: ¿Para qué estás?. Algo hay detrás, pero todos callan.

Ya no estoy seguro si somos un narco-país, claro hay submarinos cargados de cocaína entrando por nuestros mares y toneladas de hachís que vienen del Magreb, no sé si es que sencillamente somos el chiringuito de playa o el club de alterne de todo Europa y por eso no se mete ningún país de la ‘Unión Europea’ para mediar ante este ridículo que estamos protagonizando o: ¿Es que todos saben el potencial económico que tiene España con nuestras antiguas provincias de ultramar y todos están en nuestra contra? Porque desde luego el enemigo lo tenemos fuera pero por su puesto los tenemos también en casa y parecen que están aliados.

Ya pisando suelo hogareño y ya a la desesperada, ‘sálvese quien pueda’, pensando en la tierruca, hay una cosa con la que no puedo: La pasividad del pueblo Cántabro. Se llevan el agua del Ebro sin retorno económico alguno, se ponen ikurriñas en Castro como si fuera ya suyo, nos insultan en Noja por llevar la bandera nacional, bloquean nuestras posibles inversiones de empresas extranjeras, rechazan totalmente un corredor ferroviario con conexión real con Europa, nuestros puertos marítimos y aéreos están totalmente limitados, ni rastro del ave, autovías sin trazar, ¿Sigo?.