Sr. Director: después de costarle a España la friolera de 321 millones de euros, y dos s elecciones; al final, seguimos igual de liados. Sólo 390.000 votos, vaya el 1,58% de la participación registrada el domingo, que son los votos del fugado Puigdemont, serán los que decidan el “ porvenir de España”. No es bueno que quien ha perdido salga a toda velocidad a celebrar el resultado porque le salen las cuentas con los antisistema. 

Los pactos con los enemigos de España, no han dañado al sanchismo y habrá que preguntarse porqué. Depende la gobernabilidad de España del traidor y prófugo Puigdemont, porque asi lo quiere Sanchez. Estas elecciones han sido las más extravagantes y distroficasque se recuerdan. Comienzan hace cincuenta días con resultados enormes a favor de la derecha y luego todo cambió.

Resultado: aunque la derecha sacó muchos más votos y escaños, la posibilidad de formar Gobierno son inferiores a las de un Sanchez que mantiene sus alianzas. Toda una hazaña. En España ahora se necesita promover la quietud y el sosiego, la atención y sobre todo la escucha.

Y esto no es callar, es más bien saber cuándo y cómo decir sólo aquello que merece la pena. Que hablen nuestros representantes sin tapujos, que piensen en España y sólo en Ella, que aparten ideologías y sectarismos y se fijen sólo en nuestra Patria común e indivisible.