19.05.2024 |
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Gachupín, grave insulto contra los españoles

Caricatura de un mexicano denostando el apellido cachupin.
Caricatura de un mexicano denostando el apellido cachupin.
Gachupín, grave insulto contra los españoles

Respecto al término ofensivo de Gachupín, usado como grave insulto contra los españoles, el primer escrito con esa palabra, procede del primer tercio del siglo XVII. El año 1630, durante el décimo quinto virreinato de Méjico, encargado al ya citado tercer marqués de Cerralbo, sucedió que un barco de los armadores Cachupines de Laredo, que había cargado en el puerto de Veracruz mercancías muy valiosas, asignadas para el transporte a España desde el puerto veracruzano a La Habana donde, tras la última inspección, debía reunirse con la Flota de Indias y partir en conserva hacia España, es decir protegida por los galeones y navíos de Línea hasta el puerto de Sevilla, su destino final. Sin embargo, el propietario y responsable del San Juan de la Veracruz, largó amarras y huyó sin abonar arbitrios, gabelas y los fletes a la autoridad del virreinato.

Colindres (Cantabria). Casa de Villota o de los Cachupines.
Colindres (Cantabria). Casa de Villota o de los Cachupines.

Lo capitaneaba Bartolomé Cachupín Palacios, quien dirigió su navío a toda vela para salir del Golfo de Méjico, rodeando el espolón de Yucatán, descendiendo hasta los 15º Norte para salir entre una de las cuentas del rosario de las Pequeñas Antillas y poner rumbo al Cantábrico, en los 43º Norte. Su destino, dirigirse a los puertos luteranos holandeses donde le esperaban con ansiedad sus mecenas de aventuras.

La denuncia del gobernador de la provincia y responsable del puerto de Veracruz, se escribió en pasquines tildando de Gachupín, símil de pendenciero, ladrón y pirata, al capitán del navío que se convertía así en contrabandista de los intereses de la Corona española. Dos meses más tarde, la denuncia del virrey Rodrigo Pacheco, con el consiguiente alboroto, llegó a la Casa de Contratación de Sevilla de donde fue cursada al rey Felipe IV. Los funcionarios del Alcázar de Madrid, residencia real entonces, tras los trámites legales, la remitieron como pleito civil a la Real Chancillería de Valladolid, [Pleito civil presentado contra el capitán Bartolomé Cachupín Palacios, natural de Villanueva de Ladredo, Villarcayo, Burgos], jurisdicción para citar al capitán Bartolomé Cachupín por no abonar el flete aduanero, ni esperar a la inspección del navío por los inquisidores. La condena establecida para estos casos, era el embargo no solo del navío de su propiedad, el San Juan de la Veracruz, sino de sus bienes terrenales para ser vendidos en subasta pública. El citado capitán Cachupín Palacios, era natural de Villanueva de Ladredo (hoy Villanueva La Blanca, en Villarcayo, Burgos). La ilegalidad cometida al no obedecer las reglas estrictas de la Marina, lo había convertido en contrabandista por no esperar al resto de la Flota de Indias para entrar en La Habana y registrar e inspeccionar la carga que portaba que debía ser de grandísimo valor, dado el riesgo asumido por su capitán.

Ante los hechos relatados, el gobernador de la provincia de Veracruz redactó un Edicto insultante usando el término Gachupín varias veces en el Bando acusatorio, hecho público para conocimiento de tripulaciones, estibadores y resto de veracruzanos. Lo expuso con palabras ofensivas contra quienes habían cometido la ilegalidad de no reseñar la carga y pagar los arbitrios y gabelas correspondientes. En el escrito, el gobernador reiteró que aquellos laredanos eran unos Gachupines por no haber declarado los bastimentos de a bordo y resto de enseres. Mercancías que bien pudieran ser piedras preciosas, plata y no hay que descartar oro para no abonar el Quinto real, es decir el veinte por ciento (20%) aplicado a los metales nobles. A juicio del gobernador veracruzano ésa era la razón por la que el San Juan de la Veracruz había soltado amarras y partido sin declarar, ni esperar a reunirse con los buques de la Armada en Cuba. Terminaba el escrito repitiendo de nuevo la palabra Gachupín asociada a personas filibusteras, no legales, sino relacionadas con los ladrones y como tales había que tratarles y no tener negocios con ellos.

Aquella despectiva e insultante palabra, surgida de alterar la ‘C’ por la ‘G’ y repetida varias veces en el Bando acusador, se extendió desde Veracruz al resto de Mesoamérica y quedó en la memoria de los mejicanos que lo usan como grave insulto contra los españoles. Con el tiempo se extendió al resto de los habitantes de Iberia e incluso europeos. Sin embargo, el primer escrito fue la Cédula-Edicto del Gobernador español, responsable del puerto y departamento de Veracruz, autorizado por su virrey, Pacheco Osorio.

Gachupín, grave insulto contra los españoles
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