La tranquilidad de Cartes y Los Corrales de Buelna se vio brutalmente interrumpida entre octubre y diciembre del año pasado, cuando un misterioso ladrón, ahora identificado como un vecino de Torrelavega de 33 años, desató una campaña de terror. Utilizando un vehículo como ariete, el presunto delincuente intentó asaltar un almacén mediante el temerario método del alunizaje, aunque no logró llevarse botín alguno en esa ocasión.

Sin embargo, la ambición del ladrón no conocía límites. En noviembre, irrumpió en la iglesia local, llevándose efectos eclesiásticos y material de oficina en un acto de profanación que sacudió los cimientos de la fe de la comunidad. Pero su frenesí delictivo no se detuvo allí: en diciembre, cambió las casas de Dios por las casetas del mercadillo navideño, de donde sustrajo bisutería, ropa, dinero en efectivo y productos comestibles, valorados en casi 3.000 euros, en un golpe maestro que ensombreció las festividades.

El colmo de su desfachatez llegó cuando, en el mismo mes, se atrevió a robar 1.600 euros en donaciones de la sede de Caritas en Los Corrales de Buelna, dinero destinado a los más necesitados en época navideña.

La astucia de la Guardia Civil, sin embargo, puso fin a su carrera delictiva. A través de meticulosas investigaciones y la localización de un vehículo con daños que apuntaban a los alunizajes, las autoridades cerraron el cerco sobre este audaz criminal. El 31 de enero, finalmente fue detenido, enfrentándose ahora a cargos por cinco delitos contra el patrimonio y dos de usurpación de estado civil, tras identificarse con documentación falsa.

En un alivio para la comunidad religiosa y los comerciantes locales, se han recuperado varios de los efectos eclesiásticos robados. La detención de este ladrón fantasma cierra un capítulo oscuro para Cartes, devolviendo la paz a sus calles y demostrando que la justicia, aunque a veces tarde, nunca falta.