En 2019, según los datos del INE (Instituto Nacional de Estadística), la esperanza de vida en España se encontraba en los 84 años de media, siendo mayor en el caso de las mujeres (85,1 años) que en el de los hombres (79,6). Si miramos las cifras de nacimientos en España para el mismo año, observaremos que estos disminuyeron un 4,2 % en 2019. Esto conduce a pensar en una "población envejecida", en la que el número de personas ancianas supera con creces al de personas en edad infantil.

En 2021, por ejemplo, la población mayor a 64 años ascendió hasta los 9,38 millones. Mientras que el número de niños menores de 12 años se sitúa en 5,3 millones aproximadamente. Si analizamos el índice de envejecimiento por comunidades autónomas, nos daremos cuenta de que las comunidades situadas al norte de España son las que concentran un mayor número de mayores. En primer lugar, se encuentra Asturias, como comunidad con mayor índice de envejecimiento. Le sigue Galicia, Castilla y León, y Cantabria. Es en esta última en la que queremos centrarnos. Cantabria cuenta, según datos de 2021, con una población de edad mediana que supone la mayoría, seguida de una población superior a los 64 años, y posteriormente, una población joven. Todo parece apuntar a que el número bajo de nacimientos, que es algo que afecta a España en general y al norte, en particular, conduce a que la población cántabra envejezca sin nuevas generaciones que compensen dicho envejecimiento.

Así pues, el número de niños no equilibra el porcentaje de personas en edad superior a los 45 años, que en dos décadas pasarán a formar parte del grupo de mayores de 64 años. Ante esta situación, las residencias cobran importancia, constituyéndose como un potencial alojamiento para nuestros ancianos y una gran ayuda para sus familiares.

En Gransliving se ofrece orientación a toda aquella persona interesada en una residencia, ya sea para sí misma o para algún familiar. Dentro de las residencias que ofrece esta empresa, se incluyen aquellas especializadas en ciertas patologías. Cantabria cuenta afortunadamente con centros geriátricos muy bien valorados, con una puntuación bastante alta (cuatro estrellas) entre sus usuarios.

Residencias cántabras: ¿Una buena opción?

No todas las personas envejecen del mismo modo, ni conservan el mismo grado de autonomía conforme la edad avanza. Hay quienes, además, tienen ciertas patologías que les dificultan el día a día. En algunas ocasiones, los familiares disponen de tiempo suficiente como para hacerse cargo de sus mayores. En otras ocasiones, aunque es una lástima decirlo, no cuentan con esa disponibilidad. Así pues, las residencias se alzan como una opción atractiva para quienes no pueden ocuparse de sus mayores como debieran. También son una buena opción para quien disponga de tiempo, pero carezca de formación suficiente como para tratar, por ejemplo, personas ancianas que tengan Alzheimer. A continuación, analizamos las ventajas que están conduciendo a muchos familiares a abogar por ellas:

• Las residencias ofrecen una atención médica personalizada. Los cuidados, las actividades, todo, se ajusta a las necesidades que requiere el mayor en función de sus patologías.
• Se garantiza un cuidado e higiene personal adecuados.
• Se desarrollan programas de actividades específicamente diseñadas y pensadas para que los mayores mantenga en buen estado, durante el mayor tiempo posible, sus facultades físicas y mentales.
• Entorno ajustado a la movilidad del mayor.
• Hay un control médico por el que se garantiza que el mayor tome las dosis adecuadas de medicación.
• Al contar con un personal sanitario especializado, se pueden prevenir enfermedades como: Alzheimer, Parkinson o demencia senil.
• Contribuye a que los mayores no se sientan aislados, sino acompañados. Además, pueden interactuar entre sí y ello favorece que se forjen relaciones sociales sanas que les aportan bienestar, y también la comprensión de quienes se encuentran en su misma etapa de vida.