27.04.2024 |
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El pulmón verde de Santander cumple quince años

Quince años después de su creación, la historia del Parque de Las Llamas en Santander es de éxito, porque lo que era una escombrera y una zona abandonada de huertas okupas se ha convertido en un gran parque urbano, ejemplo de conservación y con un importante número de especies de aves tanto residentes como de paso. EFE/ Román G. Aguilera
Quince años después de su creación, la historia del Parque de Las Llamas en Santander es de éxito, porque lo que era una escombrera y una zona abandonada de huertas okupas se ha convertido en un gran parque urbano, ejemplo de conservación y con un importante número de especies de aves tanto residentes como de paso. EFE/ Román G. Aguilera
El pulmón verde de Santander cumple quince años
Quince años después de su creación, la historia del Parque de Las Llamas en Santander es de éxito, porque lo que era una escombrera y una zona abandonada de huertas okupas se ha convertido en un gran parque urbano, ejemplo de conservación y con un importante número de especies de aves tanto residentes como de paso.

Hace quince años el Ayuntamiento de Santander decidió crear un gran pulmón verde junto al campus de la Universidad de Cantabria y limitando con La Albericia.

Era un espacio abandonado, pantanoso, donde proliferaban la basura y los escombros, pero en 2006 comenzó su recuperación bajo el proyecto concebido por el equipo de arquitectos catalanes Batlle y Roig para dar una nueva vida a la zona.

Ahora, pasados los años, se ha demostrado que fue un acierto, porque desde que se inauguró el parque el aumento de la riqueza y abundancia de especies, sobre todo de aves, ha sido constante.

En parte ha sido gracias a que se ha impulsado una gestión pensando en la conservación del humedal y de las especies que lo habitan.

Para ello, el Ayuntamiento, que es el propietario del parque, ha escuchado los consejos de SEO/BirdLife, dado que Las Llamas es una de las 13 zonas verdes urbanas y periurbanas de la ciudad incluidas en el acuerdo de custodia del territorio que tienen el Consistorio y la entidad.

Esto supone que la asociación asesora en las medidas que hay que aplicar para conservar el parque. Y en la práctica implica, por ejemplo, una puesta por la creación de charcas para anfibios, la colocación de cajas-nido, la plantación e introducción de especies autóctonas, o que se controle el nivel del agua del humedal con las compuertas.

También se eliminan especies invasoras, o los técnicos de SEO/BirdLife indican cuándo hay que segar y cuándo hay que dejar crecer la vegetación.

Se trata de medidas de gestión que, bien aplicadas, suponen que la naturaleza siga su curso y que ayudan a que las aves y otras especies estén más cómodas y quieran quedarse en Las Llamas.

También la Universidad de Cantabria, cuyo campus linda con este parque, colabora en este objetivo de favorecer la biodiversidad, con la colocación de nidos en los tejados de alguno de sus edificios, entre otras iniciativas.

El éxito en esta recuperación se plasma en que gran cantidad de especies migratorias hacen un uso estacional del humedal y en que una gran comunidad de aves acuáticas han hecho de Las Llamas su hogar (fochas comunes, ánades reales o gallinetas).

SEO/BirdLife ratifica esa evolución: si en los primeros años se registraba en el censo de Las Llamas una media de 20 tipos distintos de aves, hoy esta cifra supera las 33, lo que representa un incremento de más del 65 % en el número de especies que permanecen en la zona.

Nacho Fernández, biólogo de la asociación, lleva desde que se abrió Las Llamas 'pajareando' en esta parque y encargándose de los censos, tres al mes.

Fernández confirma a Efe el aumento de las especies en Las Llamas, y añade que también han aparecido algunas que son muy raras en Cantabria y hasta en España.

Según señala, todo es "una muy buena señal" porque las aves son una especie "de termómetro ambiental" que "indica que ha sido un acierto conservar ese espacio como se está haciendo".

EL 'PERO' DE LA PRESIÓN HUMANA

Uno de los 'peros' a la conservación está en la presión humana, porque al tratarse de un parque urbano es una zona muy transitada, donde a veces hay actividades que molestan a las aves.

Otro problema es el de la liberación de especies invasoras: personas que se compran patos domésticos pero se acaban cansando y ven "una buena idea" soltarlo en Las Llamas, ironiza Fernández.

Y lo mismo con las tortugas de Florida, que se ven con cierta frecuencia y son un peligro porque se alimentan de larvas de anfibios y pueden acabar aplastando los huevos de las aves cuando se ponen a tomar el sol.

También hay quien va a al parque hasta "con sacos de pan" y no entiende que no se debe dar de comer a las aves.

Pero pese a todos esos problemas, las aves han elegido Las Llamas, que hoy es un ejemplo de cómo reconectar un espacio urbano con la biodiversidad.

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