12.05.2024 |
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El jurado declara por unanimidad culpable de asesinato al acusado de matar a su casera en Santander

La mayoría de los miembros del tribunal cree que no tenía "notablemente o moderadamente" disminuidas sus capacidades cognitiva y volitiva

Un momento del juicio en la Audiencia de Cantabria. / Alerta
Un momento del juicio en la Audiencia de Cantabria. / Alerta
El jurado declara por unanimidad culpable de asesinato al acusado de matar a su casera en Santander

El jurado popular ha declarado culpable de asesinato al acusado de matar en febrero de 2022 a la mujer que le había acogido en su casa en la calle Marqués de la Hermida de Santander, asfixiándola tras haberla atado de pies y manos, lo que impidió que la víctima pudiera defenderse.

El tribunal ha emitido esta tarde su veredicto con unanimidad en todos los puntos salvo dos, en los que la mayoría de los miembros del tribunal han considerado que no ha quedado probado que el hombre, G.B.L. y que alegó un elevado consumo de cocaína, tuviera su capacidad de decisión y voluntad "notablemente" o "moderadamente disminuidas" en el momento de los hechos.

Tras la lectura de las conclusiones a las que ha llegado el jurado después del juicio, celebrado esta semana en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria, el fiscal se ha ratificado en las suyas y en la pena de 20 años de cárcel interesada para el procesado, que tiene 39 y está en prisión provisional desde el crimen, y también en la indemnización de 85.200 euros a dos de las hijas de la fallecida, a la edad de 69.

El abogado de estas últimas, que ejercen la acusación particular, se ha reafirmado en la solicitud de 25 años de encarcelamiento, planteada tras la vista oral y después de pedir inicialmente prisión permanente revisable, así como en la indemnización a sus clientes con 110.760 euros.

Mientras, la defensa, que mantenía que lo sucedido fue un homicidio y reclamaba que se aplicara la atenuante de drogadicción, ha propuesto tras el veredicto que se imponga a su patrocinado una pena de 15 años de cárcel, la mínima por asesinato -o en su defecto de menos de 20, pero nunca en grado máximo por este delito, debido al consumo "reiterado y grave" de cocaína-.

En cuanto al objeto del veredicto, la totalidad del jurado ha considerado acreditado que en la noche del 18 de febrero de 2022 el enjuiciado, que contaba con numerosos antecedentes penales -algunos por violencia de género y doméstica- estaba en el piso propiedad de la víctima, que le había alquilado una habitación.

También los nueve miembros del tribunal han coincidido en que el inquilino, "molesto" por la actitud de su casera -que se oponía a que consumiera cocaína-, la retuvo en su habitación y, tras cortar en tiras una sábana, la ató de pies y manos y la colocó una tira sobre la boca, inmovilizándola sobre la cama.

El jurado también cree, de forma unánime, que en un momento determinado de esa noche, entre las 2.40 y las 3.15 horas, el acusado advirtió presencia policial en el descansillo exterior de la vivienda --los agentes se personaron en el lugar después de que la mujer lograra alertar desde su teléfono móvil al 112- y accedió al dormitorio de ella, procediendo con una tela -o con el mismo colchón en el que estaba tumbada- a asfixiarla, tapándole la nariz y boca, lo que le causó la muerte.

Según el veredicto, la mujer carecía de posibilidad de resistirse y de proteger su vida, al tener la movilidad reducida "al máximo" por la acción del encausado, que previamente la había atado de pies y manos, lo que le "garantizó la consecución de su objetivo mortal". Así, la casera falleció como consecuencia directa de la asfixia por sofocación sobre los orificios respiratorios ejecutada por el acusado, según ha concluido el jurado, igualmente por unanimidad.

El tribunal ha basado su resolución en el interrogatorio al procesado, que reconoció los hechos aunque puntualizó que "en ningún momento" quiso matar a la víctima. Precisó al respecto que su única intención aquella noche era poder fumar "tranquilamente", por lo que ató a la mujer y le tapó la boca después, para evitar que gritara y que la Policía la oyera.

También se han apoyado en las testificales de los agentes, las imágenes aportadas por la Científica tras la inspección ocular del lugar del crimen, el informe de la autopsia y otros análisis forenses.

Así, por ejemplo, han tenido en cuenta los estudios periciales relacionados con el consumo de drogas por parte del procesado y que el mismo no afectara sus capacidades cognitiva y volitiva para descartar que las tuviera "notablemente" o "moderadamente disminuidas" por efecto de la cocaína que había ingerido esa noche, y que se sumaba a la que, según su versión, llevaba consumiendo "unos catorce meses seguidos, día y noche".

Para llegar a esa conclusión los jurados también han tomado en consideración las declaraciones de los agentes que acudieron a la vivienda, y que coincidieron en que el sospechoso estaba "bastante tranquilo para lo que había pasado" esa noche.

Tras el veredicto del jurado, el juicio ha queda visto para sentencia, que deberá dictar la presidenta de la Sección Primera de la Audiencia.

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