La decisión del Gobierno de Cantabria de bajar el nivel de alerta en el Plan Territorial de Emergencias de Protección Civil (PLATERCANT) ha causado un revuelo en la opinión pública y en los círculos políticos. Esta medida, que responde a una disminución en la llegada de pellets a las costas cantábricas, ha generado un intenso debate sobre posibles manipulaciones políticas por parte del Gobierno Central de Pedro Sánchez, especialmente en un clima de tensión pre-electoral en Galicia.

La controversia se centra en la pregunta de si la crisis de los pellets está siendo utilizada por el Gobierno de Sánchez para desviar la atención de problemas más acuciantes o para obtener ventajas políticas en las inminentes elecciones gallegas. Algunos sectores sugieren que la situación medioambiental podría estar siendo instrumentalizada, planteando dudas sobre la autenticidad de las medidas adoptadas y su impacto real.

Roberto Media, Consejero de Medio Ambiente de Cantabria, tras una reunión con el alcalde de Camargo, Diego Movellán, ha señalado una reducción significativa en la presencia de estos microplásticos en las playas, describiendo la cantidad como "prácticamente insignificante". "Estamos hablando de gramos en muchas de las playas de Cantabria", afirmó Media. Sin embargo, esta afirmación ha sido recibida con escepticismo por quienes consideran que detrás de este cambio puede haber una estrategia política del Gobierno Central, más que una auténtica mejora ambiental.

Los pellets, esos diminutos trozos de plástico que han invadido las playas de Cantabria, son un problema ambiental de importancia global. La decisión de reducir el nivel de alerta ha llevado a algunos a cuestionar si la respuesta del Gobierno ha sido realmente efectiva o si está marcada por intereses políticos ajenos a la verdadera situación ambiental.

Desde una perspectiva medioambiental, el impacto de la contaminación por microplásticos es indiscutible y merece una respuesta seria y sostenida. La sospecha de que el Gobierno de Sánchez podría estar utilizando esta crisis como una herramienta política ha generado una ola de críticas y demandas de transparencia y responsabilidad.

En conclusión, mientras el Gobierno de Cantabria celebra una aparente victoria en la gestión de esta crisis, se levantan voces críticas que apuntan a una posible manipulación política por parte del Gobierno Central. Este debate no solo pone de relieve la importancia de una gestión medioambiental responsable, sino también la necesidad de una política transparente y alejada de manipulaciones, especialmente en un contexto electoral tan delicado como el actual.