26.04.2024 |
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Cierra la Venta de los Foramontanos en Cabezón de la Sal

Al ser de propiedad municipal, ahora el Ayuntamiento deberá volver a sacar a subasta su explotación.

Venta de los Foramontanos. / Alerta
Venta de los Foramontanos. / Alerta
Cierra la Venta de los Foramontanos en Cabezón de la Sal

El establecimiento hostelero La Venta de Los Foramontanos, situada en el paraje de Santa Lucía, (Cabezón de la Sal),  cerró sus puertas por jubilación de su  adjudicatario, después de muchos años explotando el negocio. Al ser de propiedad municipal, ahora el Ayuntamiento deberá volver a sacar a subasta su explotación.

Quizás  muchos lugareños no sepan que el actual edificio de la Venta de los Foramontanos, situado junto a la ermita de Santa Lucía, fue en sus orígenes una escuela creada por Fernando de la Campa y Cos a principios del siglos XVIII, como se recuerda en los dos escudos de Campa y Cos que lucen en sus dos  hastiales.

El fundador de este edificio nació en el pueblo de Cos, del municipio de Mazcuerras,  en 1.676  y vivió en México y en Chile durante muchos años. Llegó a ser coronel de Zacatecas, Caballero de Alcántara y primer coronel de San Mateo de Valparaíso.

El pueblo cabezonense de Carrejo atesora en su rico patrimonio arquitectónico la herencia de destacadas familias como los Gayón y los Igareda, de cuyas donaciones siguen disfrutando no solo los lugareños, sino otras muchas gentes. La Residencia de Ancianos y el actual Museo de la Naturaleza de Cantabria son dos de los emblemas hereditarios de estas familias.

El jándalo Pedro Igareda, nacido en Santibáñez de Carrejo (1.820), que hizo fortuna en Cádiz en negocios de vinos y coloniales,  donó sus bienes para ayudar a niños y ancianos de su pueblo natal. Su hermana Petra  legó su fortuna en obras de asistencia a los  ancianos más necesitados y a mejorar la educación infantil.

Hijo de Francisco Igareda, vecino de Pesúes, y de Vicenta Balbás, de Santibáñez de Carrejo, cursos sus primeros estudios en las escuelas de Santa Lucía, a donde acudían los niños de Cos, Carrejo y Santibáñez. Murió en Cádiz en 1876. Sus restos fueron traídos en 1883 a Cabezón de la Sal para ser enterrados en el panteón del cementerio de La Fuentanuca, que había mandado construir su hermana Petra para reunir los restos de la familia. Por deseo de los patronos de la Fundación, sus restos se colocaron en un pequeño monumento en la capilla del colegio residencia de Carrejo. El busto del fundador que formaba parte de este monumento cincelado en mármol es el que está ahora en el centro de los jardines de la residencia de ancianos.

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