27.04.2024 |
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ONCE RAQUEROS Y UN BALÓN

Una forma de vida

Afición del Racing.
La afición del Racing celebra con los jugadores uno de los goles ante el Sporting. / LALIGA
Una forma de vida

El fútbol, el deporte rey para muchas personas, es una montaña rusa de sentimientos en la que el estado de ánimo de los aficionados de un equipo sube y baja, para luego llevarse por unos instantes una paralización del corazón. Eso es lo que genera este deporte, que más que un deporte, es una forma de vida.

Así lo deben de sentir los hinchas que ayer se dieron cita en El Sardinero, un estadio que colgó el cartel de sin billetes, ya que entre la afición local y la visitante, la del Sporting de Gijón en esta ocasión, llenaron todas las localidades disponibles de “los nuevos Campos de Sport”.

La jornada de ayer era la ideal para disfrutar de un buen día de fútbol rodeado de los tuyos. El tiempo acompañaba con rayos de sol, que tímidamente se fueron camuflando entre las nubes para momentos más tarde dar cabida a los soplidos del viento.

La Mareona, que es como así se conoce a los aficionados del Sporting, había quedado en la céntrica Plaza de Cañadío para amenizar la espera del partido y poder estar con los amigos tomando algo por Santander.

Cabe destacar que en esa misma ubicación estaban también algunos aficionados del Racing, vestidos con la camiseta verdiblanca, y que no hubo ningún tipo de altercado. Tal vez el encuentro estaba tutelado desde arriba y Manolo Preciado hacía de nexo entre ambas aficiones, quién sabe.

Una vez acabada la bebida y la comida, los hinchas de sus respectivos equipos realizaron por separado un corteo por las calles de Santander hasta llegar a Los Campos, un momento que como dicen algunos “siempre es especial”.

Con cada aficionado ya ubicado en su localidad, solo faltaba el pitido del señor de amarillo para que la pelota rodase en la capital cántabra y poder comenzar así un acto más de la fiesta deportiva que se vivió ayer.

El resultado fue positivo para los locales, cuya afición no dejó de animar ni un minuto, con un marcador de 2.0 frente a los rojiblancos, que vieron como un entrenador “de casa” les había ganado la partida.

Dos goles del Racing de Jordi Mboula en minuto 12 y de Matheus Aiás en el 24, dieron el triunfo a los cántabros, que gracias a esta ventaja han podido dormir fuera de los puestos de descenso.

Tras el partido, sentimientos encontrados en cada parte del estadio. Por un lado, la alegría y la explosión de los victoriosos, que tras unos partidos en los que no puntuaba, parece que con la nueva mano de José Alberto la nave verdiblanca va saliendo a flote.

Por otro, los del aficionado asturiano que ha venido hasta Santander y que tuvo que volver a casa triste por no haber conseguido puntuar en la capital de Cantabria. Los sportinguistas, en el coche o en el bus, estarán pensando qué le faltó a su equipo para no llevarse ni un punto de su visita a Santander.

Por eso es una forma de vida. Personas que en su tiempo libre viajan a otra ciudad, representando a su localidad, para disfrutar del día de fútbol y de un partido de su equipo. En el día de ayer, un partidazo con unas hinchadas que son de primera división, pero que sus respectivos conjuntos hace ya tiempo que no tocan la élite del fútbol español.

Sin embargo, eso es lo bonito, que pese a no estar en Primera División, ninguna de estas dos aficiones ha abandonado a su equipo y pueden decir con total orgullo y honor que vieron al Racing y al Sporting en vuelos bajos, tan bajos que están peleando por no bajar de categoría.

Así es el fútbol y esos son los sentimientos que genera. Los aficionados marcan con boli en su calendario cuándo hay partidos bonitos, como los de ayer, para poder ir en masa con su equipo y arroparlo, para sentir que juega de local estando a cientos de kilómetros de su casa.

El Racing y el Sporting son esos equipos que mueven a mucha gente y que detrás de ellos hay una fiel masa social, que siempre les alienta y anima, pese a la adversidad de los resultados o la competición.

Eso es lo bonito de un deporte como el fútbol, el amor y pasión de sus aficionados por unos colores y una camiseta, independientemente de los kilómetros que haya que recorrer y los obstáculos que haya que superar.

Por último, un mensaje de prudencia al Racing, porque como decía Manolo Preciado: “Ni ahora somos el Bayer Leverkusen ni antes éramos la última mierda que cagó Pilatos”; para los del Sporting, otro de ánimo porque como también decía esta figura histórica que “une” a ambos equipos, “mañana saldrá el sol”.

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