«Ganar siempre es importante, pero cuando te vas acercando a los últimos partidos, todavía más». Fernández Romo sabe bien que a menudo lo más difícil es terminar de agarrar el premio cuando uno ya lo puede tocar y por eso, en vez de lanzar las campanas al vuelo, lo que hace es advertir de los peligros que están por venir. Por eso valoró a lo grande lo hecho ayer por sus hombres. Más aún, porque no sólo se habían llevado los tres puntos, sino que lo habían hecho «con la personalidad y el despliegue» que habían demostrado ante un buen rival como la UD Logroñés.

Destacó el técnico madrileño que, además, su equipo había ido a por el partido «desde el minuto uno», lo que, una vez visto el encuentro, cree que «hay que estar muy orgulloso de los jugadores y de esta atmósfera que se ha creado y que nos lleva en volandas y con la que nos vamos todos más felices para casa». Todo ello, sin empezar a celebrar nada y manteniendo «la prudencia», ya que hoy mismo volverá «a trabajar y a preparar el siguiente partido», que será ante otro buen equipo como el Rayo Majadahonda.

Descartó Fernández Romo que la celebración que se vio sobre el terreno de juego tanto entre los propios jugadores como entre éstos y la grada fuera una celebración propia de ascenso, sino simplemente «de satisfacción» e incluso de agradecimiento a una «afición que ha llenado el estadio en vacaciones, que ha conseguido la mejor entrada del año y que ha ayudado a que todos los jugadores hayan hecho un esfuerzo formidable». Y no sólo se refirió a los que habían participado del encuentro, sino también a los que no, ya que se volvió a demostrar «la piña humana que es este equipo». «Tenemos que seguir siendo prudentes hasta el último instante del último partido en los que haya puntos en juego porque, además, tenemos que ser respetuosos con todos», advirtió.

Reconoció que Fernández Romo que estaba «muy contento». Y lo estaba porque sabe que «quedan cosas muy difíciles». «Hoy (por ayer) hemos celebrado una victoria fundamental, importante, la siguiente en casa después de quince días sin venir, y hemos celebrado la unión del racinguismo, pero sigue faltando el súper objetivo, por lo que hay que seguir concentrado en él», insistió el entrenador madrileño.

A la hora de lamentar algo de lo que había sucedido ayer sobre el césped, se quedó con «no haber marcado el 2-0», que, en su opinión, estuvo muy cerca en el segundo tiempo. Incluso habló de «vendaval» por las ocasiones que acumularon Arturo, Cedric, Borja Domínguez o Marco Camus. «El equipo ha tenido muchas llegadas», recordó, pero no acertó. Aún así, también recordó que, al menos, el equipo había sido capaz de corregir «el desajuste» que se pudo producir en el primer tiempo, cuando el Logroñés se hizo dominador del encuentro una vez despertado del shock que le produjo el 1-0 tan tempranero.

Recordó el técnico verdiblanco que cuando un equipo marca, «te puede ayudar a seguir hacia delante o también te hace que mires más, aún sin querer, el resultado». Afirmó Fernández Romo que durante el descanso, había dicho a sus jugadores que sus máximos «enemigos» eran ellos mismos porque, de hecho, las dos mejores situaciones de gol del Logroñés habían llegado de pérdidas o descontrol en campo propio. Y lo cierto es que la respuesta del equipo fue buena. «Hemos ajustado en la segunda parte con la altura de Arturo y de Pablo y Cedric, además, ha trabajado muchísimo sobre Jesús Rueda, que nos estaba hundiendo», precisó. «Es una pena que no lográramos el segundo gol porque te hace caminar con más calma», concluyó.