En el Racing estuvieron preocupados hasta bien entrada la temporada porque se había reducido considerablemente el aforo habitual de Los Campos de Sport. Se habían terminado las restricciones pero al aficionado le estaba costando volver. Las teorías al respecto eran diversas. Había quien decía que la gente aún mantenía la precaución, otros que se había acostumbrado a verlo por televisión y los más críticos que era el juego del equipo lo que no animaba al racinguista a volver a casa. Contra el Deportivo sí se superaron por fin los diez mil espectadores pero no por mucho margen. Sin embargo, la tremenda trayectoria de los hombres de Fernández Romo en la segunda vuelta ha servido no sólo para certificar el ascenso un mes antes de que culmine la fase regular, sino también para recuperar a las ovejas extraviadas, a los que, a pesar de sacarse el carné, estaban siguiéndolo todo desde la distancia.

Los dos últimos partidos en casa han sido los más multitudinarios. La afluencia ha ido a más hasta tocar techo, antes de la fiesta del pasado domingo, contra la UD Logroñés, cuando acudieron 13.718 espectadores. Al partido contra el Real Unión se apuntaron en su día 11.142, al del Deportivo 12.120 y ante el Celta B, por fin, se colgó el no hay billetes. Más de 21.600 personas atravesaron los tornos de las diferentes puertas. Aún así, lo más llamativo de la jornada festiva fue no sólo que tanta gente se apuntara a celebrar el ascenso, algo con lo que se puede contar siempre porque a nadie le amarga una buena juerga, sino también toda la juventud que hubo desde primera hora en los aledaños de Los Campos de Sport hasta entrada la madrugada por el Río de la Pila, donde se acabaron los hielos y la cerveza y los hosteleros se hicieron racinguistas de toda la vida.

Quedó claro a lo largo de un primero de mayo para el recuerdo que una ola verdiblanca había pasado por encima y el club quiere aprovecharla para ganar nuevos adeptos. Para poder competir en Segunda División con mejores cartas que en cursos pasados hace falta dinero y la recaudación por abonos es fundamental. Por eso el Racing está pensando adelantar todo lo posible la campaña de abonados de la próxima temporada para, en la medida de lo posible, aprovechar este empujón social que ha brindado el ascenso.

Haber conseguido subir tan rápido hace que quede muy lejos el inicio del próximo curso y hay demasiado tiempo de por medio para que todo se enfríe y para que el personal ni siquiera se acuerde, ya en verano, de la que se montó aquel primer día de mayo de este mismo año. Y una de las ventajas de haber alcanzado el objetivo tan rápido es que se puede adelantar trabajo en todos los sentidos.

Superar el listón. El objetivo sería superar el listón de experiencias pasadas en la categoría de plata. La última vez que el Racing pasó por ella, alcanzó los 12.000 carnés vendidos, lo que supuso un récord del club en Segunda División aunque el ambicioso objetivo que se marcaron los dirigentes en verano había sido mayor. Por ejemplo, a pesar del calentón que supuso en el 2014 conseguir el ascenso a la vez que se expulsaba a Harry y a sus secuaces, el número de abonados se quedó en los 10.502. 9.213 hubo en la campaña 2012-13, la primera después de estar 18 de las 19 temporadas anteriores en Primera. En medio estuvo la del curso 2001-02, cuando se llegó a los 10.469.

Durante el presente curso que todavía está por terminar, son poco más de 8.500 los que dieron el paso de sacarse el abono. Son los fijos porque es un número similar al número que hubo en las tres campañas que hubo entre el 2015 y el 2018. Con ellos ya cuenta el club. Ahora el objetivo es atraer a muchos de los que quizá fueron por vez primera al coliseo verdiblanco el domingo pasado o a quien ha ido de manera esporádica. El objetivo será superar esos 12.000 carnés de hace tres años y quieren comenzar ese trabajo de captación ya mismo.

Lo mismo va a suceder con otras cuestiones que también demandan cierta planificación, como es la confección de la propia plantilla. A lo largo del próximo mes, Fernández Romo irá trasladando a sus hombres con quiénes cuenta y con quiénes no cuenta con vistas a la nueva aventura en Segunda División. Además, tener la certeza absoluta antes que nadie de que el equipo va a jugar en la categoría de plata el próximo curso le permite adelantarse a otros a la hora de buscar futbolistas que puedan resultar apetecibles.

Lo primero será contratar un director deportivo. En el club no esconden que lo van a hacer. Fernández Romo dijo en la rueda de prensa posterior al encuentro contra el Celta B que le parecía necesario hacerse con esa figura, algo que después fueron confirmando otros dirigentes como el presidente o Víctor Alonso. Quieren a alguien que sea especialista en Segunda División, ya que Fernández Romo conoce hasta a los cuñados de todo jugador de Segunda B o Primera RFEF, pero la de la próxima campaña será su primera experiencia en el fútbol profesional.

Independientemente de cuándo llegue el director deportivo, en el club son optimistas a la hora de cerrar la renovación de Soko, que lleva encima de la mesa durante meses. Antes de Navidad, el camerunés trasladó al club que quería esperar porque su intención era jugar en Segunda la próxima temporada. Ahora ya sabe que podrá hacerlo en el Racing, donde está a gusto y se siente valorado. Por eso la operación puede cerrarse en cuestión de días. También servirá como impulso para potenciar esa campaña de captación de abonados que el club quiere acelerar este año.