Los primeros partidos de la pretemporada suelen tardar un poco más en llegar. Habitualmente, se deja al menos semana y media entre el fin de las vacaciones y el primero de los ‘bolos’ veraniegos que ayudan interrumpir la rutina del día a día, a adquirir ritmo de competición y a que los entrenadores realicen las pruebas que estimen oportunas. Este año se ha precipitado todo. La fase de preparación y puesta a punto es mucho menor, todo va más rápido y por eso razón, aunque el primer entrenamiento fue el pasado lunes, hoy disputará el Racing ya su primer encuentro amistoso.

Ni siquiera será contra un rival de categoría inferior, contra algún equipo cántabro a quien se quiera echar una mano facilitándole una buena entrada mientras sus hombres van adquiriendo velocidad de crucero. Será contra el Burgos, un equipo también de Segunda División, un equipo que el pasado curso estuvo luchando con los mejores de la categoría, un buen espejo al que el Racing se puede mirar. Los dos estarán compitiendo de manera oficial y por tres puntos tan importantes como todos los que se ponen en juego en Segunda División en menos de un mes. Por eso ninguno de los dos tienen tiempo que perder. Por eso, aunque sea el primer choque del verano, estará repleto de intereses. El encuentro se disputará en Villarcayo, localidad burgalesa repleta de vascos en verano. Las entradas estarán a diez euros y comenzará a las siete de la tarde, cuando el calor se vaya rebajando.

Que nadie espere un gran espectáculo porque no están las piernas para ello. De hecho, estarán muy justas para aguantar incluso 45 minutos, que será el máximo que jueguen los futbolistas que vaya poniendo en escena José Alberto. Pocos llegarán a tanto. No hay gasolina y, además, cuenta con prácticamente una treintena de efectivos, casi como para hacer tres alineaciones. Son estos partidos los que han de aprovechar, eminentemente, los más jóvenes, los meritorios del filial que están realizando la pretemporada con el primer equipo o aquellos que han vuelto tras una cesión y a quienes el entrenador asturiano no conoce, con son los casos de Juan Gutiérrez y Marcos Bustillo. En comprobar el nivel de todos ellos, incluido Marco Camus, estará el gran interés incluso para los aficionados, que no cuentan esta vez con un aliciente habitual en este tipo de citas, que pasa por ver una cara nueva defendiendo los intereses verdiblancos. Queda menos de un mes para que arranque la liga y el club sólo ha fichado a dos jugadores: Lago Junior y Ekain. Hoy debutarán.

El encuentro llega tras cinco jornadas de entrenamiento, dos de ellas a doble sesión. Las piernas estarán pesadas. No mucho más trabajo acumula el Burgos. Sin embargo, hay que amoldarse a estas nuevas fechas por la obligación de iniciar la temporada a una fecha tan extraña como el 12 de agosto. Para entonces, buena parte de las plantillas estarán por cerrar y por incorporar, posiblemente, a sus futbolistas más caros. Será un inicio de curso extraño que hay que saber aprovechar para empezar bien la temporada. No es garantía de nada pero sí la mejor manera de adquirir confianza y ahuyentar los nervios y la presión.

Todo se ha precipitado y si hoy será el primer partido, el próximo martes será el segundo contra otro equipo de Segunda División como el Oviedo. A continuación, tocará medirse a dos contendientes de la máxima categoría, al Alavés el sábado 22 y al Athletic el jueves 27. Todo ello, a expensas de cerrar el calendario de festejos el sábado día cinco, una semana antes de que la Segunda División abra el telón, con la jornada más extraña de todas. José Alberto querrá que todos sus jugadores puedan disputar un partido muy similar a uno de liga y por eso ha programado dos ‘bolos’, uno contra el Eibar en Galizano y otro contra el Amorebieta en Laredo. Son las cosas de las pretemporadas precipitadas.

Lo bueno es que el primer partido del verano llega sin que, por ahora, se haya poblado la enfermería. La única baja hoy será la del joven lateral Mario García, para quien este verano será un verdadero examen, ya que, tras su enorme aparición del curso pasado, ha de convencer al técnico de que no necesita ningún otro jugador para el puesto, que con él y Saúl García se bastan.

Es una buena noticia que no haya grandes lesiones cuando el equipo está a punto de completar la primera de las apenas cinco semanas de preparación que tendrá. Es un periodo de la temporada complicado en ese sentido pero lo bien que llegaron los futbolistas tras las vacaciones siempre ayuda a reducir riesgos. Hay que ir rápido pero también seguro. Será una pretemporada de amistosos contra grandes rivales, sin pachangas, a la que, por ahora, no ha llegado Matheus. Que un extracomunitario llegue tarde es lo único que queda de los veranos futbolísticos más añejos.