El Racing va a afrontar el partido del próximo domingo con las mismas bajas en defensa que el pasado fin de semana. Es decir, que la pareja de centrales titular durante la exitosa segunda vuelta que está a punto de completar el conjunto cántabro se quedará en la grada. Ni Germán ni Rubén Alves se vestirán de corto y, por lo tanto, José Alberto tendrá que echar mano del fondo de armario, algo que, lejos de perjudicar al equipo durante estas semanas clave, le está sentando bien Las modas siempre vuelven.

Tanto Germán como Alves se retiraron del terreno de juego durante el último partido disputado en Los Campos de Sport, que fue ante el Ibiza, y todavía les queda para volver. El andaluz sufre una siempre dolorosa fascitis plantar y el central una contractura que el club quiere cuidar al máximo porque es fruto de una recaída. José Alberto se la jugó con él en el envite ante el equipo isleño y no se la quiere volver a jugar teniendo en cuenta, además, que el objetivo, aunque no de manera matemática, está conseguido.

Siendo una contractura, si hubiera mucho en juego y fuera absolutamente necesario, no hay duda de que Rubén Alves habría acelerado la maquinaria estos días para jugar el domingo, pero no ha hecho falta. Y no sólo porque el equipo tenga ya el objetivo en su mano, sino, sobre todo, porque el técnico sabe que cuenta con recambios de solvencia contrastada. Se da por hecho que Pol Moreno estará sobre el terreno de juego como viene haciendo en las últimas semanas y su compañero debería salir, en principio, de Mantilla o Satrústegui. Y da la sensación de que el cántabro está antes en la lista.

En Miranda no tuvo que elegir el técnico verdiblanco porque sorprendió jugando con tres centrales. Sin embargo, según lo que ha venido trabajando esta semana, todo apunta a que para recibir al Eibar va a volver al esquema habitual. Por lo tanto, sobra uno. Y si es el cántabro quien parece partir con ventaja es porque ha sido el cuarto en la lista, tras Germán, Alves y Pol Moreno, durante la segunda vuelta. Satrústegui sólo apareció el domingo pasado porque hubo que recurrir al quinto. Para colmo, no pudo entrenar con sus compañeros ni el martes ni el miércoles aunque ayer sí. Además, quien mantiene contrato en vigor más allá del treinta de junio es el canterano, algo que también hay que tener en cuenta cuando, además, su rendimiento suele ser habitualmente bueno. Lo tiene todo a favor para apuntarse a la fiesta del domingo.

Todos los actores secundarios que vienen apareciendo en las últimas semanas están superando todas las expectativas. He ahí, quizá, el gran secreto de lo que ha conseguido el conjunto cántabro en un tramo del campeonato muy delicado. Mantilla cree que se debe a la “calidad del entrenamiento” que realizan diariamente. “Todos estamos enchufados, todos actuamos como un equipo, cada uno teniendo en cuenta su objtivo tanto individual como colectivo y todos listos para jugar, lo que nos hace estar tranquilos porque sabemos que, juegue quien juegue, lo va a hacer bien”, explica el defensor camargués.

Para éste, que ha mamado los colores verdiblancos desde bien pequeño, poder disfrutar en el campo de la posibilidad de certificar  la permanencia pude ser un sueño. Otro más para él. Todos saben que empatar puede resultar suficiente pero avisa Mantilla de que la mentalidad no puede ser otra que “salir a ganar y a por los tres puntos”. No se negocia. Lo complicado es que delante habrá un rival que no sólo se la jugará, sino que tiene una calidad tremenda porque, de hecho, está peleando por el ascenso directo. Recuerda el zaguero cántabro que aterrizarán sumidos “en una mala racha que saben que tienen que cortar ya porque lo necesitan, por lo que va a ser un partido muy, muy duro”.

En el fondo, jugar con menos peso a la espalda que su oponente puede resultar positivo. El Racing estará más liberado a la par que contará con la gasolina extra de poder celebrar la permanencia en el campo y junto a su afición. Es algo que ha de aprovechar y para ello le bastará con “mantener la racha ganadora en casa”. Ha sido, de hecho, la clave para haber dado la vuelta a la situación durante la segunda vuelta, ya que el conjunto cántabro ha pasado de ganar un solo encuentro como local en toda la primera vuelta a sumar veinte de veintisiete puntos posibles en El Sardinero en la segunda.

APOYO MASIVO

 Se juega tanto el Eibar que va a estar más acompañado que nunca en un partido a domicilio. El Racing envió 1.200 entradas al club azulgrana y las ha vendido todas. Es lógico. El encuentro es decisivo para sus aspiraciones y le toca jugar cerca de casa, a apenas hora y media de autovía. De ahí que buena parte del fondo sur vaya a estar copado por seguidores guipuzcoanos que ayudarán a dotar de un gran ambiente a un encuentro al que le salva todo lo que habrá en juego, ya que el horario puesto por la televisión con el visto bueno de la Federación (14 horas) no puede ser más horroroso. Esto último a buen seguro que ha privado de una entrada de las buenas que superara los 15.000 asistentes teniendo en cuenta la fiesta que se puede organizar, ya que, por parte de la hinchada local, el ritmo de venta en las taquillas de El Sardinero no ha sido llamativo.

Para preparar el encuentro del domingo y tratar de no fallar, el equipo de José Alberto se desplazó ayer a Los Campos de Sport, en donde pudo completar un intenso entrenamiento con intermitente lluvia pero resguardados del viento que habrían sufrido en La Albericia gracias a los graderíos. El entrenador pudo contar con todos sus futbolistas a excepción de Germán y Alves. Quien se mantiene a un ritmo inferior al de los demás es Roko Baturina, que está llevando un control de cargas que, en principio, no le impedirá jugar ante el Eibar. Ayer, por ejemplo, estuvo buena parte de la sesión realizando bici estática junto al túnel de vestuarios mientras sus compañeros disputaban intensos partidillos sobre el césped.