Es cierto que desde que sonó el despertador, el Racing apenas ha perdido. Dejó atrás las cuatro primeras jornadas convertidas en borrón y la cuenta nueva le sale a devolver. Si ese primer mes de competición no valiera, el conjunto cántabro iría séptimo, situación que colmaría la más atrevida de sus esperanzas. Fueron las victorias consecutivas contra Levante y Zaragoza las que le permitieron dar un verdadero salto que le sacó del agujero pero hace ya tiempo que no gana. No pierde, pero tampoco gana. Suma tres empates consecutivos, dos a cero y uno a uno, y eso le mantiene a flote. Lo que pasa es que quiere avanzar y para eso hay que sumar de tres en tres de vez en cuando.

Al Racing le gustaría hacerlo hoy pero lo cierto es que no se antoja el mejor día para hacerlo. De primeras, tendrá delante al Alaves, uno de los mejores equipos de toda la categoría, y, de segundas, de nuevo deberá jugar con una nómina de bajas aterradora que dejaría fuera de juego a cualquiera. No es Fernández Romo de llorar ni de buscar excusas pero hizo bien el pasado sábado en recordar que lo que le está pasando al equipo cántabro no le sucede a nadie. Porque quizá haya otras plantillas más castigadas por las lesiones numéricamente hablando, pero ninguna se ha quedado sin delanteros. El Racing de nuevo tendrá que afrontar el encuentro sin Cedric, Matheus ni Sekou y lo peor de todo es que a este listado hay que sumar ahora a Jorge Pombo, que vuelve a estar sancionado tras la expulsión del pasado fin de semana.

Aumentan, por lo tanto, los problemas ofensivos de un conjunto cántabro qua ya no sabe qué más puede inventarse para construir un ataque al que las defensas rivales puedan mirar con un poco de preocupación. Las bajas afectan, sobre todo, a la parcela central, tanto al puesto del nueve como al del diez, ya que las bandas se mantienen con salud y ahí tiene mucho donde elegir el técnico verdiblanco. Ante este panorama, es muy probable que Alfon vuelva a repetir en el once titular ya sea para jugar como hombre más adelantado o por detrás de éste. Más de lo mismo se puede decir de Peque tras ‘descansar’ el sábado. De hecho, quizá sean los dos quienes comiencen el partido con Mboula por la derecha e Íñigo Vicente por la izquierda después de haber comenzado éste en el banquillo en Leganés.

Pocas dudas hay de que Arturo Molina estaría dentro del equipo titular si estuviera al cien por cien, pero no es el caso porque sigue arrastrando dolores en el pie que confía superar a partir de la próxima semana, cuando el Racing disfrute de un parón competitivo al estar liberado de la primera ronda de la Copa del Rey. Desde su reaparición, sólo está para media hora y el técnico suele echar mano de él. Aún así, no todo son malas noticias porque, al menos, el entrenador verdiblanco recuperará a uno de sus hombres fijos como es Íñigo Sainz Maza. El capitán no pudo jugar en Leganés y eso permitirá que esta tarde incluso juegue más descansado. Lo más probable es que forma la sala de máquinas junto a Fausto Tienza, por lo que recuperará el equipo el centro del campo del curso pasado. De hecho, es probable que entre la portería, la defensa y el medio centro, sólo haya un jugador nuevo respecto al equipo que salió campeón en Primera RFEF, que será Rubén Alves.

Y es que, una de las principales novedades que podría tener el equipo es la vuelta al equipo de Unai Medina. La semana pasada ya entrenó con normalidad y en Butarque entró en el tramo final del partido sin que diera síntomas de estar dolorido. Es uno de los hombres de máxima confianza del entrenador y, teniendo en cuenta lo que va a tener delante el Racing, es fácil pensar que va a echar mano de él. No está la plantilla verdiblanca para ponerse demasiado exquisita.

En frente va a tener el Racing a uno de los equipos más potentes del campeonato, a un Alavés que está en lo más alto de la tabla empatado con Las Palmas. El equipo vitoriano no quiere esperar para volver a Primera División y ha armado para ello un proyecto ambicioso y ganador que, por ahora, va por buen camino. Está cargado de buenos jugadores dirigidos por Luis García Plaza, un buen entrenador al que Fernández Romo conoce bien porque, de hecho, ambos fueron juntos al colegio. Hoy se verán las caras. Se abrazarán antes de que pite el árbitro pero, a partir de ahí, ya no contará el pasado en común. Serán enemigos íntimos.

No se le ha dado mal del todo al Racing medirse a equipos poderosos que miran arriba. Suelen ser equipos a los que les gusta mandar, tener el balón y llevar la iniciativa y eso no se amolda mal a sus intereses futbolísticos porque le permite resguardarse y juntarse bien a la espera de robar y correr para armar un buen ataque. Las obligaciones hoy serán del Alavés no sólo por su potencial y por sus ambiciones, sino también por las circunstancias con las que afrontará el conjunto cántabro la contienda. Los hombres de Romo están deseando llegar a la orilla, al próximo fin de semana, con el cuello fuera del agua para, a partir de ahí, aprovechar los quince días sin competición para salir como nuevo del taller. Para cuando reciba al Burgos, confía en disponer de nuevo, por lo menos, de Sekou y de Matheus y eso lo cambia todo. Entonces sí se podrá confiar de verdad en romper con la mala dinámica de cara a gol. Mientras, queda que los que están den un paso hacia delante y, sobre todo, mantener la solvencia atrás para rentabilizar al máximo cada cosa que suceda en el campo.

El partido será en Los Campos de Sport y, salvo sorpresa, de nuevo se disputará sin la animación de ‘La Gradona’. Ya sucedió con la visita de la Ponferradina, cuando se desplazaron apenas un par de centenares de seguidores desde la capital del Bierzo, y se repetirá esta tarde con el Alavés. Si hace diez días esos pocos bercianos ya se hicieron oír, más aún se espera de lo que sea capaz de hacer el Alavés. Si nada cambia, se va a sentir como en casa y eso es un problema. Da la sensación de que el Racing va a estar más apoyado a domicilio que en casa hasta que no se solucione esa situación y, hasta entonces, los jugadores verdiblancos han de saber que no van a poder contar con ese empujón que tanto les ayuda en los momentos difíciles. Es una pena pero es así. Y lo peor es que no se ve una solución cercana porque, una vez que el fondo norte ha dado el paso, es difícil darlo hacia atrás sin parecer que se ha encajado una derrota. También de esto pretende salir vivo el Racing antes de que, quién sabe, el inminente parón también solucione este conflicto. Por de pronto, un buen paso sería que hoy no sucediera nada polémico. Se van a desplazar muchos seguidores vascos y el partido ha sido declarado de alto riesgo. Que sea un día para disfrutar.