14.05.2024 |
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El paraíso perdido de los jugadores Soko y Enzo

Tanto el senegalés como el africano vuelven a los campos de sport, donde vivieron sus mejores momentos como profesionales | Desde su salida, no han conseguido protagonismo
Jugadores del Racing y Huesca, en una acción a balón parado en el encuentro de la ida. / LALIGA
Jugadores del Racing y Huesca, en una acción a balón parado en el encuentro de la ida. / LALIGA
El paraíso perdido de los jugadores Soko y Enzo

«Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver», cantaba Sabina en ‘Peces de ciudad’. Lo que pasa es que a veces no hay más remedio que hacerlo, como mañana les pasará a Patrick Soko y Enzo Lombardo. En su día fueron dos de los jugadores del Racing más valorados y reputados y hoy están en las filas del Huesca, donde están pasando mucho más desapercibidos. Ahora son del montón. Nada que ver con sus aventuras verdiblancas. Tanto es así, que lo más probable es que les toque ver el encuentro desde la distancia. Ninguno de los dos viene siendo titular y, en verdad, sólo el africano tiene verdaderas opciones de entrar en acción en el segundo tiempo. Soko fue uno de los héroes del último ascenso y Lombardo del penúltimo. Los dos se marcharon por la puerta de atrás por diferentes razones. Sin despedirse.

En el caso del jugador francés, fue por culpa de una grave lesión que le apartó de la cancha antes de tiempo y no le permitió culminar la temporada. En el del senegalés, porque gestionó muy mal su marcha negando que ya había firmado por el Huesca incluso antes de salir al balcón del Ayuntamiento. La noticia de que el veloz extremo derecho que trajo Pedro Menéndez del fútbol mexicano había fichado por el club oscense se hizo pública días después de consumirse el ascenso.

La firma se había producido tiempo atrás pero, aún así, el jugador lo negó. Se vio, de pronto, en una situación comprometida y tiró por la calle del medio. Había preferido jugar en Segunda con el Huesca que con el Racing por mucho que hubiera dicho públicamente que su interés era seguir jugando de verdiblanco y entendió que desde la grada no se lo iban a perdonar. Por eso en su último partido en casa, cuando fue sustituido, se retiró corriendo para no recibir una pitada que ni mucho menos se produjo. Soko vivió dos grandes temporadas en el Racing. En la primera vuelta de la campaña 20-21, que fue la de su llegada, apenas jugó porque llegó tarde y sin ritmo y le costó subirse al barco al mismo nivel que los demás. Sin embargo, cuando por fin lo hizo, después del parón navideño, se destapó un jugador que demostró ser imparable en la categoría de bronce. Fue un futbolista decisivo al año siguiente, ya con Fernández Romo en el banquillo. De partida, dio la impresión de que al madrileño no le había entrado por el ojo pero no necesitó demasiado para saber que contaba con una pieza totalmente desequilibrante que tenía desborde, llegada y gol.

El Racing estuvo lento a la hora de ofrecerle una renovación. Lo hizo tras algunas brillantes actuaciones en las últimas semanas del 2021 y, sobre todo, tras el gran partido y la gran jugada de área a área que protagonizó en Badajoz y que terminó culminando Cedric. Entonces, a pocos días para llegar a enero y ser libre de recibir e incluso aceptar ofertas, pidió al club cántabro que esperara. Y llegó la del Huesca, que le ofrecía no sólo un buen contrato, sino también la oportunidad de formar parte de un proyecto que iba a mirar al ascenso. Soko fue el primer fichaje del Huesca el pasado año. Dejó atrás una etapa como jugador racinguista en la que fue feliz y en la que se sintió tremendamente valorado. Sin embargo, vestido de azulgrana no está siendo apenas protagonista. Hasta la fecha, ha jugado veinte partidos pero sólo ha sido titular en doce, ninguna de ellas en la segunda vuelta.

La última vez que el futbolista africano vio su nombre escrito en la alineación inicial fue el cuatro de diciembre en Eibar, donde, además, fue sustituido en el descanso. A partir de ahí, Cuco Ziganda le ha utilizado como posible revulsivo en las segundas partes de algunos partidos. En los dos últimos sí ha participado pero para jugar siete minutos en Ibiza y ocho la pasada semana en casa contra el Levante. En toda la segunda vuelta, sólo ha estado en el campo 46 minutos. Eso en el Racing no le pasaba.

La historia de Enzo Lombardo tras salir del Racing es mucho más triste porque se puede decir que no ha levantado cabeza. Del conjunto cántabro se fue tras haberse roto el cruzado. Volvió a Mallorca, que fue el club que le cedió, y no tardó en volver a rompérselo. Tan penosa ha sido su trayectoria que sólo ha jugado 17 partidos en las últimas tres temporadas, sólo uno como titular. El francés ha sufrido un auténtico vía crucis del que pretendía desprenderse en esta segunda vuelta, cuando por fin dejó atrás su enésimo problema físico. Su intención era entrar en la rotación de Ziganda para ir ganando protagonismo pero no lo ha conseguido. En el nuevo año, sólo jugó cuatro minutos contra Las Palmas, que se suman a los catorce que jugó en Tenerife en la primera vuelta. Es una pena que el fútbol no esté pudiendo disfrutar de semejante talento. Será difícil verle hoy correteando

Los Campos de Sport, donde dio lo mejor de sí y donde llegó a ser un jugador clave para el ascenso liderado por Iván Ania. Al curso siguiente, se estrenó en Segunda División y, a pesar de la errática trayectoria del Racing, fue una de las grandes revelaciones del campeonato. Como Soko, fue feliz vistiendo la elástica verdiblanca pero eso forma ya parte de un pasado cada vez más lejanos. A buen seguro que hoy ambos recuerden esa época en la que fueron felices. En su caso, cualquier tiempo pasado sí que fue mejor.

El paraíso perdido de los jugadores Soko y Enzo
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