Pablo Torre jugará en el Barça las próximas cuatro temporadas. Ni el Racing ni el club culé lo han hecho oficial todavía, pero el acuerdo está cerrado entre las tres partes. Todos están satisfechos con la maniobra y se despeja así el futuro de un futbolista que, con sólo 18 años, ha estado en la órbita de los mejores clubes de España y de Europa. La perla de Soto de la Marina dejará, por lo tanto, en el cajón todo lo que tiene que ver con su futuro y podrá centrarse en los próximos meses en lo que más le gusta, que es jugar a fútbol, seguir confirmando que ya está preparado para jugar al máximo nivel y, por encima de todo, conseguir el ascenso con su equipo y despedirse de la afición que le ha visto romperla en el último año y medio desde el balcón del Ayuntamiento.

El club catalán pagará al cántabro cinco millones de euros por el traspaso. Es la mitad de lo que reflejaba la cláusula de rescisión acordada en su día entre el Racing y el futbolista, que ascendía a diez. Con todo, desde un principio hubo un acuerdo tácito entre las partes para no cerrarse a esa cantidad en cuanto llegara el momento de escuchar ofertas a partir de las cuales relanzar la carrera del futbolista en otro equipo de categoría y nivel superior. Y es lo que ha sucedido. Lo bueno para la entidad que preside Alfredo Pérez es que esa cantidad que va a recibir a corto plazo podrá incrementarse e incluso multiplicarse en los próximos años en función de la progresión que vaya manteniendo el joven jugador cántabro.

En concreto, hay una serie de variables reflejadas en el contrato por las cuales el Racing podría acabar recibiendo otros cinco millones o incluso más en función de que Pablo Torre vaya cumpliendo una serie de objetivos. Y no serían objetivos utópicos o imposibles, sino realistas en el caso de que el media punta de Soto de la Marina llegue al nivel al que todo el mundo que le ha visto jugar con regularidad sabe que puede llegar. El club cántabro, por lo tanto, ha renunciado a cobrar de manera inmediata toda la cantidad que reflejaba la cláusula de rescisión pero, a cambio, en los próximos cuatro años, que es lo que durará el primer contrato del canterano como azulgrana, podría llegar a superar esa cantidad y alcanzar los doce o trece millones.

Más allá de estos ingresos directos por la operación de venta, el Racing también se ha guardado un porcentaje de posibles traspasos en un futuro que rondaría el 3%. No es una cifra baladí porque basta echar la vista atrás para comprobar el dinero que ha seguido recibiendo el Racing a lo largo de los años por ventas de Marcano o Álvaro González. De hecho, incluso el Marina y el Bansander, que también vieron pasar a Pablo Torre durante su periodo de formación y antes de recalar en el Racing, podrían ver también algo de dinero que, obviamente, recibirían con los brazos abiertos.

La venta de la perla de Soto de la Marina se ha acelerado en la última semana, tras su última exhibición  del pasado domingo durante el partido contra el Real Unión, cuando fue autor de dos enormes goles y de la asistencia de un tercero. Es un jugador que no ha dejado de crecer y que ha llegado a esta segunda vuelta a un nivel espectacular y que parece ir en progresión. Por eso el Barça ha ido con todo a por él. De hecho, le han adelantado por la derecha al Real Madrid, que había iniciado antes los contactos para hacerse con el jugador y que, en principio, tenía una teórica ventaja. Sin embargo, no ha mostrado la fe en Pablo Torre que sí ha tenido el club azulgrana.

El objetivo de la entidad merengue era cerrar una operación para el Castilla con intención de culminar allí su formación y demostrar que puede dar el salto. El Barça le quiere sumar ya a la órbita del primer equipo y el propio Xavi (comparten agente) se ha implicado en el fichaje, lo cual ha resultado fundamental para el sí definitivo. Pablo Torre llegará a Barcelona para hacer la pretemporada con el primer equipo y entrenar de manera habitual con él y si, como en su día hizo Pedri, convence a su entrenador de que ya está capacitado para estar con los mejores, quedarse. Con todo, quedaría abierta la posibilidad de hacerle ficha con el filial y jugar con éste hasta que llegue su momento.

Esa hoja de ruta que parece tener marcada el Barça y que pretende contar con el futbolista desde este próximo verano dificulta al máximo la posibilidad de que, en caso de ascenso, el club catalán pudiera ceder a Pablo Torre durante la próxima temporada para que siguiera creciendo en Segunda División vestido de verdiblanco. Era el sueño húmedo de todo aficionado racinguista, que, aún así, parecía resignado desde hace tiempo a la imposibilidad de seguir contando con su canterano la próxima temporada. En la última junta de accionistas, cuando tomó la palabra Quique Setién, éste pidió a los dirigentes que hicieran todo lo posible por retener al media punta en el club porque el aficionado iba cada domingo a El Sardinero para ver a jugadores como él. Alfredo Pérez le respondió que si por él fuera no lo vendía, pero lo cierto es que la posibilidad de retenerlo nunca ha estado sobre la mesa. Probablemente, porque ya se había acordado con los que llevan la carrera del jugador, que son su padre Esteban y su agente, que en cuanto decidieran dar el paso, no se encontrarían obstáculos.

Tampoco está el Racing para decir que no a una venta semejante porque arrastra una deuda millonaria que estando fuera del fútbol profesional (e incluso estando en él) sólo se puede reducir a base de operaciones semejantes. Lo que garantiza con cinco millones ya en sus arcas es que, en caso de ascenso, no tendrá un margen de maniobra tan estrecho como la última vez que dio el salto a la categoría de plata. Lo que ha podido confirmar ya Alfredo Pérez es que la cantera es rentable y que, en el fondo, es la única posibilidad de conseguir que el club pueda ser mínimamente viable, ya que en la categoría de bronce resulta complicado encontrar fuentes extraordinarias de ingresos como esta. Con Pablo Torre, de hecho, se da continuidad a una serie de operaciones millonarias en la última década de jugadores propios como fueron en su día Marcano, Canales, Álvaro González, David Concha y, en menor medida (por las cantidades), los hermanos San Emeterio y Sergio Ruiz.

Pablo Torre ha podido elegir por dónde quería desarrollar su carrera porque ha tenido ofertas de todo tipo no sólo ahora, sino desde que apenas le salían los primeros pelos en el bigote. Bien aconsejado siempre por su entorno, ha mirado más allá de lo económico y ha entendido que el proyecto del Barça es el que mejor se podía asimilar a su fútbol, ya que se trata de un equipo al que le gusta crecer siempre con la posesión, que es como más poderoso se puede sentir. Además, ha visto cómo en los últimos meses han aparecido jóvenes valores en el primer equipo azulgrana, que ha demostrado tener confianza en ellos y, por lo tanto, Pablo Torre podría tener más posibilidades ahí que en otros destinos. Por eso tanto él como los suyos consideran que han acertado. Por lo tanto, parece contento él, está contento el Racing y también lo está el Barcelona.

Desde alevín escuchando cantos de sirena

Pablo Torre se convierte en el enésimo ejemplo de que la mejor manera de que un canterano del Racing acabe haciéndose un hueco en el fútbol profesional es quedándose en casa e intentando alcanzar el primer equipo. El entorno del jugador de Soto de la Marina lo ha tenido claro desde un primer momento y por eso se han pasado muchos años rechazando ofertas y cantos de sirena que les llegaban desde muchos puntos de Europa. Lo importante era seguir formándose en La Albericia y, sobre todo, seguir al lado de su familia y de su gente, que le ha mantenido en todo momento centrado, a lo que ha ayudado la propia madurez que él mismo ha mostrado. El Racing le ofreció su primer contrato en su primer año cadete, lo que no le interesó. Desde ese momento, el club apenas estuvo en contacto con él y dio la impresión de que no quería saber demasiado de él. Tanto es así, que a punto estuvo de perderlo y de llevárselo gratis la Real Sociedad. Fue el vicepresidente Pedro Ortiz quien por fin se movió rápido en el 2020, en plena pandemia, para firmar su primer contrato profesional. En principio, iba a seguir un año más en el Rayo y ni siquiera comenzó la pretemporada con Javi Rozada. Fue reclutado la segunda semana y, obviamente, en cuanto el asturiano le vio en acción, ya no se desprendió de él. Ese primer contrato sería mejorado casi un año después, que fue cuando se estableció esa nueva cláusula de rescisión que sirvió como punto de partida a la operación cerrada ayer por la mañana.