27.04.2024 |
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Más dudas para Garitano

Tras jugar el Racing en Miranda con cinco defensas, el entrenador del Eibar, habitual en El Sardinero, no sabe ahora cómo le va a jugar el conjunto cántabro el domingo | Su equipo suma siete partidos sin ganar

El entrenador del Eibar, Asier Garitano. / SDE
El entrenador del Eibar, Gaizka Garitano. / SDE
Más dudas para Garitano

El Racing juega el próximo domingo contra el Eibar, que tiene un entrenador que le conoce muy bien. Ha visto buena parte de sus partidos en directo y a buen seguro que conoce todos sus vicios y virtudes. Al menos, los que tenía hasta el pasado fin de semana, ya que el cambio de esquema que propuso José Alberto para jugar en Miranda puede generar dudas en Gaizka Garitano. Éste, como todo racinguista, a buen seguro que hasta la semana pasada habría apostado una mano a que el conjunto cántabro se iba a medir a su equipo con un 4-2-3-1, pero ahora no lo tiene tan claro. Tiene dudas. Es, de partida, lo primero que ha ganado el técnico verdiblanco tras su novedosa apuesta en Anduva.

El Racing llevaba mucho tiempo formando con un mismo dibujo. Fernández Romo nunca negoció el 4-2-3-1. Podía cambiar de nombres pero no de esquema. Le echaron tras acumular cinco derrotas consecutivas y ni así pareció estar planteándose alterar su idea. Después llegó su sustituto, que mantuvo la misma dinámica. Tampoco él alteró nunca el dibujo. Parecía no negociarlo. Hasta que llegó a Miranda y apostó por una retaguardia con tres centrales y dos carrileros.

No lo esperaba nadie. Tampoco Joseba Etxeberria, que en sala de prensa reconoció que le había sorprendido la apuesta de salida que había realizado el Racing. En su opinión, encontrarse con un esquema muy similar al suyo les había condicionado y limitado, palabras que ya fueron motivo de orgullo para José Alberto por mucho que, realizando una valoración global, no se pueda decir que a sus hombres les saliera un buen partido.

Ahora falta por ver si la manera que tuvo el Racing de salir a jugar en Anduva fue una solución puntual para salir de Miranda de la mejor manera posible o una apuesta a la que dar continuidad. No lo sabe el aficionado del conjunto cántabro pero tampoco Gaizka Garitano, que ahora mismo no tiene la certeza de que los apuntes que tiene recopilados sobre el conjunto cántabro le vayan a servir para el partido del domingo, donde habrá muchas cosas en juego. De hecho, se anuncian emociones fuertes porque una portería estará defendida por un equipo que se juega el ascenso directo y la otra por uno que puede certificar de manera matemática la permanencia.

El entrenador del Eibar conoce bien al Racing porque, de hecho, es asiduo a Los Campos de Sport. Por un lado, es un campo que le coge cerca y que le permite estudiar a rivales en directo. Por otro, el calendario quiso que su equipo cogiera un par de semanas más tarde al conjunto con el que se miden los hombres de José Alberto, por lo que es un escenario ideal para presentarse en el palco con la libreta. De hecho, estuvo en el encuentro ante el Ibiza de hace diez días. A esto hay que sumar que mantiene una muy buena relación con Ángel Viadero, de quien fue ayudante cuando éste llevó las riendas del conjunto armero. Es otra motivación que suele tener para pasarse por Santander y, de paso, seguir de cerca la evolución del cuadro verdiblanco.

Estaba seguro de que el domingo se iba a medir a un rival que iba a formar 4-2-3-1 pero ahora no lo tiene tan claro. En Miranda, José Alberto sorprendió con una retaguardia formada por Mantilla, Pol Moreno y Satrústegui en el centro y con Dani Fernández y Saúl como carrileros. Está por ver si el asturiano va a repetir porque lo cierto es que es una idea a la que dio la sensación que le faltaba trabajo. Hubo muchos espacios entre líneas, los jugadores del Mirandés recibieron demasiado cómodamente en zona de tres cuartos y, para colmo, el gol llegó con un remate en el corazón del área de uno de los mejores delanteros de toda la categoría, que estaba demasiado solo. Debía haber más gente tapando pero esa teoría no se trasladó a la práctica.

Queda saber si José Alberto va a seguir profundizando en esta apuesta o va a volver a lo que le ha caracterizado durante una segunda vuelta en la que ha conseguido el gran objetivo. La decisión del pasado fin de semana pudo estar condicionada por el hecho de no poder contar con ninguno de sus dos centrales titulares: Germán y Rubén Alves. El andaluz va a seguir de baja y el vizcaíno va a depender de su evolución en los próximos días. Con todo, van a ir con cuidado con él porque ahora mismo está en la enfermería por culpa de una recaída que, al menos, no produjo una rotura, sino que se quedó en una contractura. Sucedió en el encuentro ante el Ibiza y, en principio, para el envite del domingo debería estar listo, pero es posible que vayan poco a poco.

Lo que al menos ha conseguido José Alberto con la utilización de un nuevo sistema es poner la duda en su homólogo en el banquillo rival. Eso puede condicionar la preparación del encuentro por parte del Eibar, que se va a presentar en Los Campos de Sport con más necesidad de la que había previsto hace apenas un mes. Intuía que no le iba a sobrar nada y que tendría que viajar a Santander a por la victoria, pero quizá no en una situación tan necesitada e incluso desesperada. Ahora mismo tiene 67 puntos, que son los mismos que tiene la Unión Deportiva Las Palmas, que es el líder, y sólo uno más de los que tienen Granada y Alavés y dos más que el Levante. Está todo apretado y por eso el conjunto azulgrana no puede negociar otra cosa que no sea la victoria en Santander.

Con todo, lo preocupante es la racha con la que se va a presentar el equipo vasco en El Sardinero, ya que no gana un partido desde el 20 de marzo. Ha pasado mes y medio desde aquello y, lo que es peor, siete partidos, que son los que lleva el Eibar sin conseguir una victoria. Su dinámica es alarmante porque acumula cinco empates y dos derrotas. Por eso a las dudas que le pueda generar la última maniobra de José Alberto se suman las que lleva dentro, ya que el curso pasado también se quedó a última hora fuera de juego. Y no quiere que le pase lo mismo porque se juega mucho.

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