01.05.2024 |
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El fichaje de otoño del Racing

Jack Harper se presentó ayer, tres meses después de llegar a Santander | Ya me he perdido todos los entrenamientos que me tenía que perder», avisa | Es difícil estar fuera y no conocer a los compañeros en el campo», confiesa

Jack Harper, ayer durante su presentación oficial tres meses después de fichar. / Hardy
Jack Harper, ayer durante su presentación oficial tres meses después de fichar. / Hardy
El fichaje de otoño del Racing

Jack Harper es el fichaje de otoño del Racing. Debutó el pasado domingo disputando los últimos minutos del partido contra el Badajoz y fue presentado ayer. Como si fuera verano. En verdad, lleva cobrando tres nóminas del club cántabro pero desde que llegó a Santander se ha mantenido en un segundo plano más por enfermedad que por lesión. Y no ha sido fácil para él. En su día tomó la decisión de no presentarse de manera oficial como nuevo jugador verdiblanco hasta que no estuviera «en condiciones de jugar» y ha cumplido. Por eso ayer dio el paso y explicó hasta qué punto ha sido duro este primer trimestre en el que no se ha podido sentir parte del equipo.

«Cuando uno llega a un equipo nuevo, lo que quiere es demostrar, ganarse a la gente y conocer a los compañeros en el campo», explica Jack Harper, que sabe mucho de aterrizar en diferentes proyectos a pesar de tener aún 25 años. Él no lo pudo hacer. Apenas una semana después de comenzar los entrenamientos, tuvo que parar completamente y, de hecho, ni siquiera se le pudo ver corriendo por los campos de La Albericia hasta varias semanas después. Lo bueno es que parece que ya ha pasado página: «Ya me he perdido todos los entrenamientos que me he tenido que perder, ya me encuentro bien, a tope y esperando a hacer cosas muy bonitas aquí».

Sostiene Harper que lo que le apartó del equipo «no fue una lesión de las que suceden cuando vas corriendo y, de pronto, sientes un dolor». «Ha sido algo que tiene más que ver con el sobreesfuerzo», añade. «Una especie de lumbalgia», precisa. Técnicamente, los doctores lo llamaron «reacción de estrés - entesitis en el ligamento sacrotuberoso», que venía a traducirse en unos intensos dolores de espalda que no le dejaban manejarse con naturalidad. Es una lesión que ni siquiera tenía un tiempo de recuperación que le ayudara a hacerse una idea de cuándo volvería a ser futbolista, pero ya ha visto la luz.

El curso pasado ya lo había comenzado lesionado cuando llegó al Cartagena en calidad de cedido. Y esta vez quería recalar en el Racing en plena forma, por lo que se esforzó «mucho en verano» no parando, según explica, «ni un día». «Estuve dos meses con un entrenador personal y, al llegar aquí, la primera semana me encontraba increíble, con muy buenas sensaciones y ya preparado para aportar», relata. Sin embargo, un buen día se fue a levantar de la cama y sintió «unos dolores extraños» que fueron a peor conforme pasaban los días. «Lo mejor era parar y no forzar porque, de lo contrario, podría tener problemas durante todo el año, así que frenamos de raíz y estuve todo este tiempo trabajando en el gimnasio», apunta.

Ha podido comprobar el futbolista de ascendencia escocesa que «entrar en la dinámica del equipo y conocer a los compañeros es más complicado» cuando ha de seguir una rutina en solitario que poco se parece a la que sigue el resto del plantel. «Hay que estar en el campo día a día mientras que yo he estado en solitario en el gimnasio», recuerda. Con todo, en cuanto pudo cruzar la línea, en seguida se ha sentido uno más, lo que agradece a los compañeros, al cuerpo técnico y, sobre todo, al médico, que ha estado «todos los días» a su lado «buscando una recuperación que fuera lo más fácil y llevadera posible». No se olvida el atacante verdiblanco de los aficionados, que «tanto en redes sociales como en la calle» le dieron «ánimo» y le transmitieron «calma para volver lo antes posible».

«Es complicado estar fuera, no poder estar con el equipo o conocer el estadio sólo desde la grada y no en el campo», relata el exfutbolista del Málaga y el Alcorcón, entre otros. Por eso estaba «ansioso por volver» aunque siempre manteniendo «la cabeza» y no queriendo correr más de lo debido. Tiene mucho que recuperar y por eso ahora que ha dejado lo peor atrás trata «todos los entrenamientos como si fueran un partido». «Cuando pasas tiempo fuera, sabes la suerte que tienes cuando estás bien y por eso ahora voy a aprovechar cada sesión o cada minuto que tenga sobre el terreno de juego para darlo todo», anuncia. «Si son diez, pues diez. Y si son quince, pues quince, pero ahora que por fin he podido debutar, espero ir teniendo cada vez más a costa de ganármelo», añade.

A su lado tiene a un Fernández Romo que nunca ha escondido las muchas cosas que espera del delantero que en su día apareciera a lo grande en el fútbol profesional de la mano del Málaga. Reconoce Harper que a un futbolista «le encanta que el entrenador y el cuerpo técnico estén con él». Antes de formalizar su fichaje ya habló en varias ocasiones con el técnico madrileño y de ahí surgieron «algunas de las razones» por las que aceptó la propuesta racinguista. «Me transmitió confianza, se veía que me conocía y que sabía de lo que era capaz», apunta.  De este modo, él se propuso «devolver esa confianza» presentándose en la pretemporada «al cien por cien», por lo que fue especialmente duro caer en desgracia a las primeras de cambio. Eso ya quedó atrás y el momento de confirmar al entrenador que no se equivocó con él ha comenzado. «Voy a intentar ayudar a los compañeros, ya sea en aportar competencia o en subir el nivel del equipo si es posible, ya que ya hemos visto que hay muchos jugadores preparados para ser titulares. Yo, como fichaje nuevo, intentaré ponérselo más complicado a todos», avisa.

Respecto a lo que puede aportar sobre el terreno de juego, deja claro que se considera «un atacante». Cree que ha tenido «la suerte» de haber pasado por «buenas canteras» como la del Real Madrid y el Málaga y allí entienden que «es importante saber jugar en varias posiciones», por lo que advierte de que se puede desenvolver por banda derecha, en la media punta o incluso como hombre más adelantado. Él está «cómodo en todas ellas» y será Fernández Romo quien deba elegir. Lo cierto es que se trata de un jugador con recorrido porque, a pesar de tener 25 años, cree que se ha movido «bastante». «Por eso en algunos aspectos me considero un veterano, ya que he tenido la suerte de conocer muchos vestuarios y muchos estilos de fútbol», recalca.

Ahora está en el punto de adquirir el tono adecuado. «Como si estuviera en pretemporada», confiesa. Entiende que le toca «ganar físicamente en cada entrenamiento para ir adquiriendo también confianza y ritmo». En los diferentes partidillos que organiza el entrenador, éste le va usando en diferentes puestos y prevé que será cuando ya se esté acercando a su mejor nivel cuando quizá tenga «una conversación o una charla para ver en qué momento está el equipo y en dónde puedo encajar».

Lo que ansía es volver a sentirse futbolista con todas las consecuencias y, para eso, nada como partidos como el de Badajoz o el del próximo domingo. Puso en valor Harper que hubiera aficionados racinguistas en la capital pacense porque «no era nada fácil» y, de este modo, «el equipo se sintió un poco más arropado sabiendo que había gente de Cantabria». Con vistas al duelo ante el Deportivo, vaticina «un partidazo» aunque también precisa que este año «va a haber muchos porque la liga está complicada, hay equipos grandes y son varios los que optan a subir porque tienen muy buenas plantillas». Ya anuncia que el Racing va a salir con la «mentalidad ganadora» que cree que tiene siempre y sólo espera «poder disfrutar de la afición, que es importante para el futbolista, ya que haber jugado en estadios vacíos o con muy pocas personas se hizo duro y es ahora cuando se vuelve a respirar fútbol de verdad», concluye.

No se vio fuera «en ningún momento»

Cuando, durante el mercado estival, el Racing seguía buscando futbolistas pero ya no tenía fichas libres, se especuló sobre la posibilidad de que diera de baja a Jack Harper, cuya ficha tardó en tramitar en la Federación Española. Se llegaron a decir tantas cosas que tuvo que salir él mismo en redes sociales a negar la mayor. «Eso es mentira», escribió mostrando un patente malestar. Él sabe cómo funcionan estas nuevas formas de ‘relacionarse’: «Le doy más importantes a las cosas buenas que se dicen que a las malas, ya que es mucho más fácil decir algo malo que bueno en redes sociales. Cuesta más dar la enhorabuena o ánimo a alguien». Le enfadó que «gente escondida detrás de un móvil» estuviera enredando y por eso prefiere no darles «importancia para nada». Él escuchó los rumores pero ni muchos menos se sintió en el disparadero, ya que notó «el apoyo del club, que confiaba al cien por cien en que iba a estar bien y sano lo antes posible». «En ningún momento pensé que pudiera pasar», afirma el delantero. «Confiaba en mí y el entrenador hablaba diariamente conmigo para darme tranquilidad, ya que sabía que podía estar nervioso, pero yo sólo me centraba en recuperarme», explica el atacante verdiblanco, que destacó que tanto él como su pareja están «muy a gusto» en Santander, donde confía en que le van a ir muy bien las cosas.

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