27.04.2024 |
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«Espero que aquí pueda tener la tranquilidad que necesito»

Tras su primera etapa en el Racing, que fue muy convulsa dentro y fuera del terreno de juego, Saúl se ha encontrado un club «más estable»

Saúl, contemplando un terreno de juego en el que volverá a jugar hoy siete años después. / rrc
Saúl, contemplando un terreno de juego en el que volverá a jugar hoy siete años después. / rrc
«Espero que aquí pueda tener la tranquilidad que necesito»

Saúl García apareció temprano en el primer equipo. Fue un jugador precoz. Con sólo 18 años, acabó siendo una pieza fundamental de aquel Racing B que pilotó Ricardo Alonso en Segunda B. Aquello le permitió saltar al curso siguiente al primer equipo, el que lideraba Paco Fernández y que terminaría pasando a la historia. En el lateral izquierdo se encontró con un pilar como Iñaki Sainz, pero ambos tenían un perfil tan ofensivo que llegaron a compartir banda en numerosas ocasiones jugando uno de los dos como interior. Aquel exitoso curso en todos los sentidos acabó disputando 30 encuentros, veinte de ellos como titular. En la campaña siguiente, ya en Segunda, el equipo salió a competir con la misma pareja y se puede decir que el canterano se afianzó en la categoría (36 partidos, 28 como titular) porque nunca más volvió a caer a la de bronce.

Tras el descenso, Saúl se marchó. Fichó por el Deportivo de la Coruña, que entonces estaba en Primera División, pero tardaría mucho en estrenarse en la máxima categoría. De hecho, no lo hizo hasta el curso pasado con el Alavés aunque para jugar sólo tres minutos. No se puede decir que le fuera bien en Vitoria, que es sólo una parada de las muchas por las que ha pasado a lo largo de su carrera. Sólo tiene 27 años pero, además de pasar por el Racing, el Dépor y el Alavés, ha jugado también en el Tenerife, el Girona, el Mallorca, el Numancia, el Rayo y el Sporting. A muchos puertos ha arribado como cedido pero no es el caso actual, ya que ha vuelto a casa con un contrato por dos temporadas.

Al nuevo defensor verdiblanco le gustaría dejar de hacer las maletas de manera tan frecuente y echar raíces en algún lado. Y nada mejor que hacerlo en su Cantabria natal, ya que él es de Vioño y se puede decir que le salieron los dientes en La Albericia. Ayer se presentó de manera oficial en El Sardinero, donde admitió que en los siete años que ha estado viendo mundo ha pasado «por varios equipos» con la «suerte» de jugar de manera habitual «en muchos de ellos». Lo que sí reconoce es que no ha tenido estabilidad. «A veces ha sido por malas decisiones o por cualquier otra cosa, pero espero que aquí pueda tener la tranquilidad que quiero y que necesito y que ayude a que el equipo pueda tener un buen rendimiento», afirmó.

Saúl vivió sobre el terreno de juego los días de ruido y furia, el plante del partido de Copa contra la Real Sociedad, las pitadas en los minutos trece, el asalto al palco, la expulsión de los malos, la llegada de una nueva directiva, la salida de alguno de sus integrantes para, finalmente, hallar una cierta estabilidad con un equipo dirigente que puso en marcha la ampliación de capital que, definitivamente, completó el cambio de ciclo... Pasaron muchas cosas, entonces se vivía muy deprisa. Ahora es otra cosa. «Salí de aquí en una situación de mucha incertidumbre, tras dos años en una situación extraordinaria en el primer equipo, mientras que ahora todo es más estable», resume el lateral izquierdo cántabro. Ahora percibe «un equipo reconocible» y una «tranquilidad institucional que ayuda en el día a día».

Durante sus años alejado del Racing, Saúl se ha convertido en un profesional experimentado en Segunda División, por lo que es bien consciente de lo que tiene por delante un recién ascendido como el Racing. De partida, recordó que se trata de una competición «excesivamente competitiva». De partida, recalcó que hay «al menos diez equipos que salen aspirando a luchar por ascender, algo que sólo logran tres», lo que genera una sensación de frustración e incluso de fracaso en los otros siete. De éstos, incluso puede haber quien entre en una mala dinámica «y se vea en una situación de estar peleando por no descender». Y eso es lo más peligroso porque obliga a jugar con una presión que no todo el mundo sabe gestionar.

las limitaciones. De este modo, Saúl García considera que todo pasa por «competir día a día sabiendo siempre cuáles son tus limitaciones». No hay que marcarse grandes metas ni ambiciosos objetivos para no crearte obligaciones. Por ahí pasa su receta. En su opinión, todo pasa por «hacer las cosas bien, trabajar y tener unas líneas bien marcadas para conseguir esa aspiración con la que todo el mundo parte. El Racing, por su parte, tiene bien claro a dónde quiere llegar, que es a asentarse por fin en el fútbol profesional tras sus últimos y frustrados intentos.

Saúl disputó sus primeros minutos desde su llegada en el amistoso del pasado miércoles contra el Numancia. Fueron los primeros de este verano porque se ha pasado varias semanas entrenando al margen al no contar para el entrenador. Eso le basta para aclarar que está en forma porque, en el fondo, es una situación que asemeja a «los jugadores que entrenan todos los días con sus compañeros sin competir luego el fin de semana». Además, puso en valor que lleve casi diez días manteniendo la rutina con normalidad en el Racing y que aún queda una semana para comenzar la liga, cita a la que está «convencido» de que llegará «en plenas condiciones».

Al equipo lo ve bien y, sobre todo, destacó el «hambre» que tiene buena parte de sus futbolistas por «asentarse en el fútbol profesional». Es algo a lo que aspiran todos, tanto los que vienen de abajo como los que ya se habían hecho un hueco en él, como es su caso. Llega con recorrido siendo el único lateral izquierdo puro de la plantilla porque el otro, en principio, será Eneko Satrústegui, que no deja de ser un central reconvertido. Con todo, él no se ve titular. «Me veo para ayudar al equipo», corrigió. Para él, lo fundamental será que, con su «ayuda, sea como sea ésta, el equipo consiga su objetivo». «Si es jugando, pues mucho mejor, porque he venido para eso, pero lo importante es siempre el grupo porque el beneficio del grupo será también un beneficio para mí», resumió.

Se ha caracterizado siempre Saúl García por ser un lateral de un corte claramente ofensivo, con desparpajo y alegría para irse hacia arriba y con un buen centro del que se aprovechan los rematadores. Eso generaba algunas lagunas atrás que, en su opinión, ha conseguido corregir en todos estos años en los que ha defendido otros colores. «Creo que he mejorado defensivamente», apuntó. Con todo, es algo que él mismo reconoce que habrá que ver en el campo porque los jugadores rinden de diferente manera en unos equipos que en otros. «Yo estoy convencido de lo que he hecho porque he estado en varios equipos y me ha ido bastante bien y he luchado por cosas importantes dentro de esta categoría», apuntó. De inicio, ya descubrió que Fernández Romo le ha pedido que sea «un defensa estable que tenga las cosas claras, que ayude en ataque cuando vea la posibilidad de sumar pero sabiendo siempre que soy defensa». Más aún, cuando él mismo admite que el Racing va a ser «un equipo que defienda más que ataque».

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