Un partido en el que lo único que se jugaba era el orgullo. La rivalidad entre ambos equipos y aficiones es latente, y este es uno de esos partidos que no son solo tres puntos.

Ezkieta ya en la portería como dueño y señor, hace una espléndida parada en los primeros minutos del partido. Primer aviso de los locales, que hace despertar de la siesta a los visitantes.

El Racing responde y aprieta las tuercas a los carbayones. Primeros diez minutos igualados, en los que los dos equipos están teniendo primeras tomas de contacto con el balón y con el rival. Los jugadores parece que se están encontrando en el campo mientras se disputa el encuentro. Poco a poco generando sinergias y conexiones, que tienen como destino final llegar al área rival y generar cierto miedo al contrario.

Y tras varios avisos, el Oviedo se adelanta en el videomarcador. Dani Calvo gracias a un centro teledirigido de saque de esquina, propina un cabezazo imparable. El portero navarro no puede hacer nada, pese a su estirada, y el balón acaba entrando en la portería. Este remate desde el punto de penalti hace que el partido se le complique a José Alberto, que en el día de ayer soplaba las velas de su cumpleaños.

Sensación extraña

En el minuto 20, el entrenador que ha sellado la permanencia en la categoría se llevó un dulce amargo como regalo. Queda la mitad de la primera y toda la segunda para revertir la situación. De nuevo, tiza y borrador para planificar a los jugadores en el tapete asturiano.

Por ello, el Racing va al ataque, e intenta igualar el partido. Poco a poco, el equipo cántabro va rompiendo líneas y se va acercando a la portería rival. Mientras, el Oviedo sigue a lo suyo, y con la intención de meter el segundo gol con el que sentencie el partido.

El partido, con el ecuador ya pasado de la primera parte, sigue teniendo la misma sintonía que el comienzo. Dos equipos igualados, que buscan acercarse a la portería contraria y que no tienen prisa con el balón entre las piernas.

El encuentro de ayer fue atípico para el racinguista de a pie. Tras una década sin vivir un partido tranquilo, el aficionado verdiblanco está huérfano de ese sufrimiento de cada jornada. El Racing se encuentra con los deberes hechos, y mirando los otros partidos sin estar echando cuentas o pendientes de los resultados.

Una sensación extraña, a la que uno no está acostumbrado. Debe ser, que ya la hinchada está hecha a la adversidad y a luchar cada año hasta la última jornada. Esta temporada, a falta de dos, se puede respirar de una manera más calmada. A veces, no viene mal un poco de tranquilidad tras tantos años de altibajos y decepciones.

POMBO Y MBOULA

Volviendo al verde, concluye el primer round a favor de los azules. El tanto de cabeza de Calvo sirve para que el Oviedo encare el túnel de vestuarios con una ventaja mínima frente al Racing. Sin embargo, todavía quedan 45 minutos y todo por decidir, que ahora no se cante la victoria o se llore la derrota.

Otra vez Ezkieta, a los dos minutos de comenzar la segunda parte, hace un paradón al tiro del atacante ovetense. El navarro repele un chut fuerte y raso, que tenía una línea directa con el centro de la portería. Jokin está jugando unos partidos muy buenos desde que tuvo su debut en la desastrosa tarde contra el Zaragoza, y se ha hecho el dueño de los tres palos verdiblancos.

Como respuesta a esta acción, minutos después Aldasoro mete el balón en la portería rival, pero el colegiado anula el gol. El árbitro no dudó ni un segundo, y su decisión no fue errónea. Pombo agarró el brazo al defensor del Oviedo, y el juez de la contienda pita falta en ataque.

El partido continúa con la misma dinámica que ha tenido todo el rato. Los dos equipos han estado igualados, salvo alguna jugada que marca la diferencia, y así han transcurrido los minutos. Sin nada que jugarse ninguno de los dos, es uno de esos partidos en los que ya no hay tensión por lograr un objetivo, y menos mal. Cómo para que el Racing estuviese luchando por no descender en el campo del Oviedo…

Finalmente, el Racing, ya con la permanencia en la mano, ha perdido en Oviedo por un tanto solitario. Una derrota que no afecta a los intereses verdiblancos, porque la tarea ya está hecha. Ya solo queda un partido, el de la despedida de temporada contra el Cartagena en El Sardinero.