11.05.2024 |
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Cedric asume la culpa

«Me equivoco y he de aprender a no levantarme tan efusivamente cuando me hacen esas entradas, pero tengo sangre», reconoce | Cree que sería mala señal que se notaran las bajas el viernes

Cedric confía en que no le sancionen con más de un partido. / Hardy
Cedric confía en que no le sancionen con más de un partido. / Hardy
Cedric asume la culpa

 

Con el 3-0 a falta de apenas veinte minutos para el final, lo normal habría sido dar por terminado el partido, recoger los bártulos, firmar la rendición y acordar que no sucediera nada más hasta el final. En definitiva, pasar página y comenzar a pensar en el siguiente compromiso, que llegará antes de lo habitual porque tocará jugar en viernes. Lo prioritario debería haber sido no hacerse más daño, pero la frustración puede llegar a ser muy puñetera y puede hacer que el jugador más racional caiga en errores que no le generan satisfacción alguna y que, para colmo, le pueden suponer un castigo que le afecte tanto a él mismo como al colectivo. Es lo que le sucedió a Cedric, que vio una cartulina roja cuando estaba todo el pescado vendido en León que le dejará en la grada en el duelo contra el Bilbao Athletic pero que aún puede conllevar una sanción todavía mayor. Y no está la plantilla del Racing como para despreciar delanteros.

El ‘nueve’ verdiblanco se percató en seguida de su error y el domingo pidió disculpas en redes sociales a la vez que explicaba que ni mucho menos tuvo intención de dar una patada en el suelo a su defensor. A su vez, entendía la reacción tanto de éste como del árbitro, por lo que se mostraba dispuesto a asumir las consecuencias. Qué remedio. Con todo, tanto con su inmediata reacción horas después del partido como con su comparecencia de prensa de ayer, quiso dar un paso hacia la reconciliación. Es decir, que a buen seguro que con sus palabras también habrá querido reducir el tamaño de la sanción, ya que no sería extraño que fuera de dos partidos al tratarse de una cartulina roja directa.

Cedric quiso insistir en su habitual juego limpio. «Quien me conoce, ya sabe que yo no suelo actuar así», había dicho el domingo. Ayer reconoció que cuando le hacen «según qué entradas», «muchas veces» se levanta precipitadamente «para recriminar al jugador la acción, pero nunca con maldad». El domingo en el Reino de León habría sucedido eso mismo con la mala fortuna de que quien le había hecho la falta estaba justamente encima de él: «Me levanto y entiendo que el árbitro interpretara eso». Y lo que interpretó fue un intento de dar una patada o de zancadillear a su oponente sin el balón en juego, ya que el colegiado había pitado falta. A partir de ahí, el trencilla ha de apreciar una agresión por muy excesivo que parezca ese término. Y sólo cabe la roja, nunca la amarilla. O mira para otro lado o bien ha de expulsarle. Y le expulsó.

«Yo me equivoco y tengo que aprender a no actuar así o a no levantarme de manera tan efusiva cuando me hacen esas entradas, pero tengo sangre y es lo que hay», explicó Cedric, que insistió en pedir «disculpas». Poco más puede hacer por intentar corregir lo sucedido pero hay que cargar con las consecuencias. Como bien añadió ayer, tras la sesión de entrenamiento del equipo, sólo le queda ahora «aprender de todo esto y apoyar al equipo desde la grada».

La charla. Lo peor de la historia fue que la expulsión vino acompañada de la tercera derrota liguera de la temporada, lo que dejó al equipo «dolido» porque ni mucho menos entraba en sus planes volver de vacío de León. Con todo, afirmó el delantero que ayer lunes ya habían levantado cabeza gracias también a la «charla» que Guillermo Fernández Romo dio a sus jugadores antes de saltar a entrenar y una vez revisado el encuentro. «Nos ha ayudado bastante a superar este momento y ahora estamos ya con muchas ganas de que llegue el viernes para revertir la situación», recalcó el ‘nueve’ verdiblanco.

El castigo resultó excesivo para la mayoría de los que siguieron el encuentro y también para Cedric. «Si miras el partido, ves que lo teníamos bastante controlado, que estábamos atacando mucho más que el rival y teniendo también ocasiones más claras», destacó el delantero de origen africano. Así, considera que «lo más justo» incluso habría sido que hubiera sido el Racing quien hubiera llegado al descanso con «el marcador a favor o, por lo menos, sin ir perdiendo». Sin embargo, encajó un 1-0 que le hizo más daño futbolístico que anímico. No le sienta bien al conjunto cántabro ponerse por detrás y con la necesidad de remontar ante un equipo bien armado atrás.

Sostiene Cedric que esa jugada individual y de buena fortuna de Cerradería en el descuento que cambió el partido «es algo que no te puede pasar». Por eso se muestra «seguro» de que el equipo va a «aprender» la lección para que no se repita. «Te marcan ese gol y a ellos les da un subidón que les permite meterse en el partido o hacerles creer que se lo pueden llevar mientras que para nosotros es un golpe muy duro que intentamos asimilar, pero para cuando nos queremos dar cuenta, ya íbamos 2-0 en contra», recuerda el delantero del Racing. Antes de ese segundo tanto de la Cultural habían pasado casi veinte minutos de un segundo tiempo en el que el conjunto cántabro había mostrado sus carencias a la hora de elaborar juego y generar peligro. Habían vuelto a aparecer sus carencias y, por ejemplo, una escasa capacidad para llevar balones a sus futbolistas más peligrosos, entre los que está el propio Cedric.

El delantero centro del Racing se pasa partidos tocando muy pocos balones, algo que suele suceder generando, en su opinión, algunas situaciones «injustas» cuando las cosas salen de otra manera. «Hay veces que tocas tres balones y marcas dos goles, por lo que te dicen que has sido el mejor del partido», reconoció Cedric. Él firma que así sucediera cada fin de semana, pero es complicado. Reconoce que le gustaría «tocar muchos balones más y también que el equipo tuviera más posesión, pero el rival también juega y sabe cuál es tu punto fuerte». En ese sentido, asume que el contrario comienza el partido «sabiendo que tiene que controlar de esta manera a este jugador o no dejar girarse a este otro o que aquel toque lo menos posible la pelota». Y a buen seguro que todos los que juegan contra el Equipo de Romo son conscientes de la necesidad de que Cedric no toque mucho balón.

El viernes no estará él como tampoco estarán Satrústegui y Pablo Torre y está por ver que puedan estar Soko y Unai Medina. Son muchas bajas pero Cedric las resta trascendencia. Sobre todo, porque cree que si la tuviera, sería mala señal. «Si no somos capaces de ganar a un rival porque te faltan jugadores es porque la planificación de la plantilla no ha sido buena», advirtió. «Al final, no podemos depender de uno o de otro, sino que somos 23 jugadores en la plantilla y si no hay unos disponibles, los que estén van a estar con el mismo escudo que representó yo o cualquiera y porque tienen calidad para estar aquí», recalcó el ariete verdiblanco.

Por ahora, los cuatro jugadores de ataque, al menos hasta la lesión de Soko, parecen indiscutibles, pero no cree Cedric que eso signifique que el entrenador «no confíe» en quienes no están jugando. «Todos tenemos el mismo derecho a jugar pero si tú estás haciendo las cosas bien durante varios partidos, igual tienes un poco más preferencia», apuntó. Con todo, es consciente de que son cosas que están en la mano del entrenador y que también ha de estar pendiente de los estados de forma, ya que hay una cosa que tiene bien clara: «No creo que haya mucha diferencia entre el mejor Harper y el mejor Cedric o entre el mejor Pablo (Torre) y el mejor (Manu) Justo. Cada uno, cuando está a su cien por cien, no tiene nada que envidiar a nadie».

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