01.05.2024 |
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ONCE RAQUEROS Y UN BALÓN

La cantera salva el partido

Los jugadores del Racing agradecen el apoyo recibido de los aficionados verdiblancos desplazados a Ponferrada. / LALIGA
Los jugadores del Racing agradecen el apoyo recibido de los aficionados verdiblancos desplazados a Ponferrada. / LALIGA
La cantera salva el partido

El Racing de Santander ha empatado a uno este fin de semana contra la Sociedad Deportiva Ponferradina, en un encuentro muy importante para lograr la permanencia en Segunda División.

Un partido que el equipo cántabro comenzó perdiéndolo en la primera parte, con un gol de Edu Espiau en los últimos 45 minutos, que hacía ver que se complicaba no solo el partido, sino la temporada.

La cita en Ponferrada era crucial para que el Racing no se descolgase en la clasificación y acabe avocado a los puestos de descenso, estando de nuevo a las puertas del infierno.

En cuanto al juego, la primera parte no ha contado con grandes sensaciones ni ofensivas ni defensivas. Un ritmo apagado, en el que ningún equipo quería cometer fallos que el rival pudiese aprovechar.

Pasaron los minutos y los once hombres de cada conjunto estaban igualados y sin arriesgar ninguno de ellos. No era un partido abierto. El balón rodaba en cada mitad del campo, pero sin mucho juego. El cuero merodeaba sin alma por el verde de El Toralín.

El que mimaba el esférico por parte de los cántabros era Juergen Elitim, que cuando juega hace que el Racing vaya a una marcha más. Sobre todo, un factor muy a destacar del cafetero es que hace mejores a sus compañeros, que se centran más en tareas defensivas para dejar al colombiano la frescura en ataque.

Unos puestos ofensivos que se ven reforzados por la presencia y figura de los dos peloteros verdiblancos, como son Jorge Pombo e Íñigo Vicente. El aragonés y el vasco, respectivamente, son los que generan el fútbol en el Racing y sobre sus botas se cuece gran parte de la ofensiva de la escuadra montañesa.

Corría ya casi la mitad de la primera parte, cuando el delantero de José Alberto, Matheus cae al suelo por una lesión muscular. El brasileño tiene que abandonar el tapete por esa molestia y entra el último fichaje del Racing, Roko Baturina con sus casi 1,90 metros de altura.

Ya en el 39 de este mismo tiempo, llega la perdición para los cántabros. Una jugada excelente por la banda, con un autopase hasta el fondo que sobrepasa con facilidad a Mantilla, para después poner un centro perfecto con rosca en el punto de penalti y Edu Espiau no perdona. 

El canario enchufa el balón al fondo de la red con un testarazo de cabeza, que dejó a la afición del Racing desplazada a Ponferrada con la cara desencajada justamente cuando ya parecía que el marcador no se iba a abrir en la primera parte.

El resultado se ponía en contra de los cántabros, que tuvieron una reacción minutos más con un remate a puerta de Vicente, que el portero detuvo estirándose a la escuadra de su portería para atajar el balón. Una parada de gato, que sirvió para que los hombres de David Gallego llegasen al túnel de vestuarios con la mínima ventaja.

Comienza ya la segunda parte y Mantilla se queda en el banquillo, sale en su lugar el joven Mario, jugador del Rayo Cantabria, filial de la entidad verdiblanca, que debuta con el Racing para ocupar un lugar en la zaga.

El conjunto cántabro lo sigue intentando y gracias a una jugada individual de Roko Baturina, en la que el croata aguanta el balón y asiste a Íñigo Vicente que manda el balón fuera de los tres palos de la portería.

Los de José Alberto siguen a la carga y tienen más oportunidades, una de las más claras pasó por Mboula. El catalán estaba a metros de la portería y lanzó el cuero fuera del marco de la Ponferradina con un mal remate de cabeza, que acabó en la grada.

El míster, al ver que el equipo estaba cada vez más animado, hace unos cambios ofensivos y sienta al capitán verdiblanco, Íñigo Íñigo Sainz-Maza, y a Mboula para que salgan al verde Sangalli y el canterano Yeray.

No quedaba otra opción, el partido no podía perderse y el técnico asturiano también lo entendió así. Dejarse tres puntos en Ponferrada no es una opción y el Racing pasaba a la carga con más caballos en el ataque.

Tanto es así, que rondando el minuto 70, el equipo cántabro vuelve a tener otra oportunidad para empatar el partido. Sin embargo, una vez más, el portero de la Sociedad Deportiva, Amir, se interpuso en la remontada verdiblanca.

El Racing seguía buscando el tanto, y cómo dice el refrán popular: quién busca, encuentra. Tras un centro perfecto de Mario, un cabezazo de Yeray conquistó el castillo de Ponferrada. Una conexión entre canteranos que da un golazo ‘Made in La Albericia’, con el que los hombres de José Alberto, y la parroquia verdiblanca, volvieron a respirar.

La celebración es la unión que hay que tener. Un Yeray exaltado anima a los desplazados, que han visto cómo dos chavales del Rayo se graduaron con el primer equipo y sacaron adelante el partido. 

Qué necesaria es la cantera, no solo por estos momentos, sino por el amor que le tienen al club. Hay que cuidar y tratar bien a los jóvenes de las instalaciones Nando Yosu, porque ellos son el actual y futuro Racing.

Tras este gol, el equipo cántabro se sigue animando y Baturina también. El croata en su debut con la verdiblanca ha cuajado un buen partido, generando faltas de los rivales, bajando balones gracias a su altura y lanzando unos petardazos que como encaren portería, serían imparables. 

Siguen atacando ambos equipos en los últimos minutos del partido. Ambos con la idea de que el rival pueda cometer un error que pueda aprovechar un compañero, meter un gol y sumar los tres puntos.

El partido era de crucial importancia y así se vivió también en el banquillo. Los pupilos de José Alberto protestaban, con el peto y el abrigo puesto, en cada jugada polémica. El encuentro también se disputa fuera del campo, y la presión tiene que estar. El Racing se jugaba la vida, y cada detalle cuenta y suma.

EXHIBICIÓN DE ANIMACIÓN. Si hay algo que cada partido es digno de admirar es la forma en la que animan los aficionados racinguistas. Esta vez, más de 500 verdiblancos se han dado cita en Ponferrada para seguir de cerca, una jornada más, a su querido equipo.

Los cántabros animaban tanto, que el sonido ambiente se colaba por los micrófonos de las radios y televisiones que cubrían el partido y siempre se oía de fondo una de las canciones verdiblancas. “Vamos, vamos Racing Santander, vamos…”, era el runrún dentro del estadio.

Una clase de animación de la parroquia racinguista, que vuelve a Cantabria con el rescate de ese punto que hace que se pueda seguir peleando por la permanencia.  Todavía hay tiempo. Toca seguir remando, verdiblancos.

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